Aquellos vasos que quedan con olor desagradable tras incluso lavarse, pueden generar dudas respecto de su conservación a raíz de la no solución hallada. Sin embargo, existen algunos sencillos métodos a seguir aplicando para finalmente disfrutar de una vajilla impecable.
Las causas del mal olor
Que un vaso huela mal puede deberse a múltiples causas, aunque la más común es la acumulación de bacterias, restos de comida e incluso de detergente. Todo ello puede quedar atrapado en las pequeñas grietas o hendiduras del vidrio, lo que genera el ambiente ideal para la proliferación de microorganismos que, finalmente, causan el mal olor.
Sin necesidad de contar con una máquina de lavar vajillas, las y los expertos recomiendan implementar los siguientes trucos:
-Lavado profundo: Utilizar agua tibia y detergente apto para vajillas junto a una esponja limpia y en buen estado. Aquellas esponjas más viejas que incluso contengan restos de comida, no contribuirán con la tarea deseada. Luego, enjuagar con agua caliente.
-Vinagre blanco: Llenar un balde o palangana con partes iguales de agua y vinagre blanco, y sumergir allí los vasos alrededor de 45 minutos. Luego, lavar con detergente apto vajillas y enjuagar con agua caliente.
-Bicarbonato de sodio: Fabricar una pasta con bicarbonato de sodio y agua. Frotar la pasta con una esponja suave, dejar actuar 15 minutos y enjuagar bien con agua caliente.
-Limón: Cortar un limón a la mitad y frotar la superficie interna de los vasos con la parte interna. Dejar actuar 15 minutos y enjuagar con agua caliente.
-Garantizar un buen secado: Utilizar un secador de platos y vasos para lograr eliminar la mayor cantidad de agua antes de proceder a utilizar un paño limpio. El paño a utilizar debe estar completamente seco y evitar que queden restos húmedos antes de guardarlos. Además, evitar apilar los vasos entre sí en caso de que estén húmedos.
Fuente: NA.