El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, anunció hoy la nominación de una pediatra transgénero, Rachel Levine, como subsecretaria de Salud, un paso sin precedentes en el país y que contrasta con las medidas de su predecesor Donald Trump, consideradas discriminatorias por diversos movimientos políticos y sociales.
"Levine aportará el liderazgo constante y la experiencia esencial que necesitamos para que la gente supere esta pandemia sin importar de dónde vengan, su raza, religión, orientación sexual, identidad de género o discapacidad", afirmó hoy Biden, un día antes de convertirse en el 46to. presidente de Estados Unidos.
Al igual que el anuncio de su gabinete, destacado como el más diverso de la historia del país, con la primera mujer nominada para ocupar la dirección del Tesoro y el primer latino para dirigir la Seguridad Nacional, un popurrí de funcionarios y políticos del ala moderada y conservadora del partido, Levine deberá ser confirmada por el Senado.
Cuando se haga efectiva la ratificación del Senado, del que tomarán control los demócratas esta semana, Levine se convertiría en la funcionaria transgénero de más alto rango del Gobierno federal.
La médica, de 64 años, ya fue confirmada "tres veces" en sus funciones por el Senado de Pensilvania, controlado por republicanos, informó hoy el equipo de Biden, consignado por la agencia de noticias AFP.
Levine, quien además es profesora universitaria de pediatría y psiquiatría, codirigió anteriormente el Departamento de Pediatría del Penn State Hershey Medical Center y fue responsable de su división de medicina para adolescentes.
Biden fue el primer presidente electo de Estados Unidos en agradecer a las personas transgénero durante su discurso de victoria el 7 de noviembre pasado.
"Estoy orgulloso de la coalición que hemos formado juntos, la más grande y diversa de la historia. Demócratas, republicanos e independientes. Progresistas, moderados y conservadores. Jóvenes y viejos. Urbanos, suburbanos y rurales. Gay, heterosexual y transgénero, blancos, latinos, asiáticos, nativos americanos" y "afroestadounidenses", expresó entonces.
Sus decisiones van a contramano de la visión del saliente presidente Trump, quien aprobó varias medidas controvertidas con respecto a los derechos de las personas transgénero.
Una de ellas fue en 2017, cuando el magnate republicano anunció planes para prohibir que las personas transgénero integren el ejército, alegando "la carga de enormes costos médicos" y "el trastorno" que implicaría para ellos estar allí.
Un año más tarde, el Pentágono solo aceptó permitir el ingreso de personas que no se habían sometido a una cirugía de cambio de sexo ni tenían la intención de hacerlo, pero la medida fue frenada por los tribunales federales, hasta que en 2019, tras una apelación del Gobierno, la Corte Suprema de Estados Unidos autorizó provisoriamente a bloquear estos reclutamientos.
Trump también trató de excluir a las personas transgénero de los mecanismos para combatir la discriminación laboral, dictaminando que una ley federal de 1964 que prohibía la discriminación "por motivos de sexo" se aplicaba solo a las diferencias entre hombres y mujeres y no a las minorías sexuales, pero la Corte Suprema desestimó el intento en 2020.