Este lunes, en los tribunales federales, comenzó el tercer juicio por narcotráfico a Julio Andrés Rodríguez Granthon, conocido como Coco o Peruano, por la causa que se originó con el operativo llamado “Cuevas blancas”, que significó la caída del contador público y ex director de la Terminal Puerto Rosario Gustavo Shanahan, quien llegó al debate como integrante presunto de la organización con el rol de proveedor mayorista de dólares.
El presunto líder de la estructura, que ya cuenta con dos condenas por venta de droga, dijo que actualmente tiene cuatro hijos, tres de ellos con una ex pareja y un bebé con su última novia. Al responder preguntas de protocolo del tribunal, aseveró no tener dinero para pasar de manutención a sus primeros tres hijos. "No puedo ayudarlos económicamente por mi situación", alegó.
La situación no pasó desapercibida para el fiscal del juicio Federico Reynares Solari, quien le preguntó qué pasó que en 2021 operaba dólares en cuevas del centro de Rosario y ahora no tenía dinero para pasar a su ex pareja. "La estadía acá te hacer perder muchas cosas", respondió.
En un primer momento, el recluso que se encuentra en Marcos Paz se refirió a las comunicaciones telefónicas que figuran de él en la causa, donde habla con un presunto ladero de hacer operaciones con dólares en la cueva de Shanahan con un recargo de un 2 por ciento. Si bien para el Ministerio Público Fiscal ese porcentaje adicional sería porque desde la financiera conocían la procedencia sucia del dinero, Rodríguez Granthon explicó que ese plus se pagaba porque en el intercambio él entregaba cheques "a 45 días".
Al pronunciarse sobre el cambio de pesos a la divisa estadounidense, el convicto citó al candidato a presidente Javier Milei, quien dijo semanas atrás que "el peso argentino no sirve ni como excremento".
La mención al diputado nacional que aspira a la presidencia de la Nación está vinculada a una declaración que hizo el 9 de octubre pasado en Radio Mitre, cuando comentó: “El peso es la moneda que emite el político argentino y por ende no puede valer ni excremento, porque esa basura no sirve ni para abono". En este caso, las palabras fueron retomadas por el narco peruano en su descargo ante el Tribunal Oral Federal (TOF) que lo juzga por narcotráfico por tercera vez.
“No era en billetes el cambio –amplió el piloto comercial condenado por narcotráfico–. Eran cheques a cobrar en 45 días. Por eso me cobraba un recargo del 2 por ciento. El Ministerio Público Fiscal dice que ese recargo se cobraba porque era dinero que provenía del narcotrafico”, señaló el preso, que siguió el trámite a través de videoconferencia.
“¿De qué operación aparecían esos cheques?”, repreguntó el fiscal de juicio Federico Reynares Solari.
“Eso sería materia de investigación de ustedes. No eran billetes. Lo dejo a tu criterio”, fue la respuesta locuaz de Granthon, a lo que el fiscal ironizó: "Como Karina Jelinek, lo dejás a mi criterio".
“El dinero era para mí; eran operaciones mías que Facundo Pérez –su presunto ladero que cayó detenido recién en julio pasado– hacía por el grado de amistad que teníamos”, sostuvo.
Por otra parte, el principal acusado en el juicio aseguró que las condiciones de su detención son “inhumanas” y que comparte pabellón con los condenados narcotraficantes Alan Funes y René Ungaro, con quienes mantiene una presunta rivalidad, por lo que podría correr riesgo su integridad física.
Granthon, además, dijo que le “arman causa tras causa” y que todo lo que dice en sus conversaciones telefónicas privadas “lo vinculan con droga”.
“Que fiscalía termine con esto; es una burla lo que está haciendo. A mí me condena la prensa, las notas periodísticas, pero no porque tengan algo en mi contra. Quiero reinsertarme en la sociedad”, dijo este hombre nacido en 1993 en Callao, Perú, detenido desde 2019 y también imputado como partícipe del crimen del pastor evangélico Eduardo Trasante, en un juicio previsto para este año.
En tanto, Shanahan, mencionado en escuchas como “el bolsero”, se presentó de manera presencial ante el tribunal, pero prefirió no hacer uso de la palabra. El hombre de negocios se encuentra en prisión domiciliaria.
La investigación comenzó con la vigilancia a un búnker de Villa Banana y se precipitó a partir de que un efectivo de la División Antidroga de la Policía Federal de Rosario, que trabajaba como “agente encubierto”, fuera atacado a balazos por soldaditos el 7 de octubre de 2021 en inmediaciones de Valparaíso al 2600.
Los operativos de Cuevas blancas se realizaron una semana después de ese incidente en Rosario y en la ciudad y provincia de Buenos Aires. Según la Fiscalía, la empresa criminal operaba en Villa Banana, tenía bases rotativas en departamentos de alquiler temporario y hacía el cambio de moneda en cuevas de España al 889 –la cueva de Shanahan, de donde la Policía Federal secuestró 34 millones de pesos y 30 mil dólares– y Ovidio Lagos al 400.