Un tribunal de segunda instancia comenzó a revisar este martes el fallo por la muerte de Carlos “Bocacha” Orellano, ocurrida el 24 de febrero de 2020 en la puerta del boliche Señor Ming de la estación Fluvial. Por la resolución de primera instancia, que tuvo lugar el 7 de junio del año pasado, fueron condenados el policía Gabriel Julio Nicolossi, su pareja Karina Laura Gómez y el patovica Emiliano Oscar López, mientras que el otro empleado de seguridad privada Claudio Fabián Maidana resultó absuelto.
El debate está a cargo de los camaristas Alfredo Ivaldi Artacho, Daniel Acosta y Georgina Depetris. Se presume que podría extenderse hasta el viernes de esta semana. También participan el fiscal Patricio Saldutti, los representantes de la querella a cargo de Salvador Vera, y los defensores Antonela Travesaro, Rodrigo Mazzuchini, Jorge Bedouret y Bárbara Reynoso.
En el fallo de junio pasado, Nicolossi recibió una pena de 12 años de prisión, su pareja López 9 años, y el patovica López, 6 años. A todos ellos, el tribunal integrado por los jueces Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y José Luis Suárez los consideró responsables por el delito de homicidio preterintencional. En tanto, interpretaron que no había pruebas suficientes para condenar a Maidana.
En aquel juicio, Saldutti había solicitado la pena de 17 años de prisión para los empleados de seguridad del boliche, y 19 años para los policías. La diferencia de la pena, según los alegatos, estuvo fundada en que los agentes además de la paliza incumplieron en sus deberes al no avisar a Fiscalía de la caída al agua de “Bocacha” y por haber recién realizado una comunicación con Prefectura media hora después del hecho, haciendo así ineficaz la búsqueda del joven.
Por su parte, la querella había pedido 20 años para López y Nicolossi, y 23 para los patovicas.
La teoría del caso
Saldutti expuso, sobre la base de testimonios, que los cuatro acusados golpearon a “Bocacha” en la madrugada del 24 de febrero de 2020 al sacarlo del boliche. Luego, lo arrinconaron contra una baranda y en ese marco provocaron que Orellano saltara al río, donde finalmente murió. Según pericias, cayó al agua entre las 4.30 y las 5 de ese día, y el cuerpo fue hallado cerca de allí dos días después, el 26 de febrero.
Según el fiscal, los policías presenciaron la caída de “Bocacha” al río y dieron aviso a la central del 911 y a Prefectura varios minutos después del hecho, aproximadamente media hora. En ningún momento se comunicaron con el Ministerio Público de la Acusación.
Además, Nicolossi y Gómez se fueron de La Fluvial sin haber documentado su actuación, por lo que Prefectura no contó con la información necesaria para una búsqueda eficaz del joven. Y, de acuerdo a la imputación, después brindaron declaraciones falsas al señalar que Orellano se había caído accidentalmente luego de haberse acostado entre el río y las barandas de seguridad.