El Ministerio de Seguridad de Santa Fe comenzó a trasladar reclusos a la nueva alcaidía de Las Flores en la capital provincial. Estas instalaciones tienen como principal objetivo descomprimir las cárceles del centro y norte de la provincia, pero también se utilizarán como prueba piloto de un nuevo sistema de control para el ingreso de visitas y mercaderías que luego se replicará en las demás unidades penitenciarias y el uso de tecnología israelí para inhibir comunicaciones.
“Estamos esperanzados que esta nueva unidad venga a resolver muchos de los problemas que tenemos en esta zona de la provincia. Es el primer paso, hemos licitado esta obra con esta tecnología para que sea el Caballo de Troya de lo que es la incorporación de tecnología para detectar todo lo que no hay que ingresar”, explicó el secretario de Asuntos Penitenciarios, Walter Gálvez en De 12 a 14 (El Tres).
Estos nuevos mecanismos de control consisten en una cinta transportadora donde tanto agentes penitenciarios como las visitas de los presos deberán dejar mochilas, bolsos o la mercadería que quieran ingresar a la cárcel. Esa cinta pasará por un escáner que permitirá analizar el contenido e incluso dilucidar si la mercadería está infectada por alguna sustancia.
“Esta es una herramienta más que tiene el empleado penitenciario para que todo lo que está prohibido no ingrese a las unidades carcelarias. Una de esas cosas más recurrentes son los teléfonos celulares”, detalló el funcionario.
Pero además del control de la mercadería, los visitantes que quieran ingresar a ver a alguno de los reclusos deberán someterse también a un body scan. “Allí se va a detectar también si hay metales, tarjetas de celulares, narcóticos o elementos que se puedan utilizar para la confección de un arma. Todo esto es en escasos segundos”, sostuvo.
Para una mejor seguridad sobre la efectividad del control, Gálvez señaló que el sistema tiene dos aspectos claves a destacar. Por un lado, la persona que revisa el monitor en el que se ve lo que pasa por el escáner no tiene contacto y no sabe quién es la persona que está ingresando a la máquina.
Pero además, cuando el sistema detecta la presencia de un objeto o elemento prohibido, se dispara una alerta que hace que sea imposible disimular. “Nadie puede mirar para el otro lado”, insistió.
Con respecto a los tiempos para la implementación de este nuevo sistema en Coronda y la Cárcel de Piñero, Gálvez aseguró que el objetivo es llegar a instalarlos antes de fin de año. “Estamos iniciando un proceso de licitación rápida para intentar llegar”, concluyó.
También en Piñero, se implementará una herramienta de innovación y seguridad denominada "Full jamming". Al respecto, Gávez dijo: "Es un sistema de inhibición de comunicaciones del 100 por ciento de la unidad, esto no existe en ningún lugar del país, es tecnología Israelí y creo que para marzo estaría instalado".
"En principio estarán solo en Piñero porque Coronda y Las Flores están dentro de la ciudad y ya en un momento se colocaron algunos inhibidores muy chicos que afectaron la parte urbana y el Enacom pidió que los retiremos. Por lo tanto se deben hacer otros tipos de estudios", profundizó.