Italia dio este lunes el primer paso de una nueva flexibilización gradual de las restricciones por el coronavirus, que ya provocó 119.238 muertes en ese país. Lo hizo con la reapertura de bares y restaurantes que tengan mesas al exterior y la posibilidad de que museos, cines y teatros vuelvan a abrir sus puertas, además del reinicio de clases presenciales y viajes internos para dinamizar al turismo.
Con 15 de las 20 regiones catalogadas como "zona amarilla", cerca de 50 de los 60 millones de habitantes de Italia pueden desde hoy almorzar y cenar en los bares y restaurantes que tengan mesas en el exterior, volver a ver espectáculos en vivo incluso en lugares cerrados y viajar por todo el país. Recién el 1 de junio próximo, según el cronograma oficial, podrán abrir los locales para consumo interno, solo para el almuerzo.
El gobierno de Mario Draghi determinó que en 15 de las 20 regiones del país en "zona amarilla", al menos el 70% de los alumnos secundarios de las áreas menos comprometidas por la pandemia deben ir a clases presenciales, y que en el caso de las denominadas "zona roja" el porcentaje llegue al 50%.
Según el diario Repubblica, las medidas en vigencia desde este lunes pusieron en las aulas de todo el país a cerca de 8,6 millones de estudiantes de toda Italia, frente a los 6,8 de la semana pasada.
Con el objetivo de quitar presión al transporte público, la región de Lazio, en la que se encuentra la capital Roma, recomendó a través de una ordenanza que las escuelas puedan "lo antes posible" iniciar el camino para llegar al umbral del 70% de presencialidad establecido por el gobierno nacional para los cursos superiores.
De todos modos, la región habilitó que, durante toda la semana, las escuelas secundarias puedan tener la presencialidad en el 50% vigente hasta la semana pasada, siempre en dos turnos de ingreso, a las 8 y a las 10, sin incorporar turnos vespertinos ni dar clases los sábados.
La región sureña de Campania, con capital en Nápoles, se mantiene como "zona amarilla", o de riesgo medio-alto, pero con la presencialidad en el 50%, de acuerdo a una ordenanza regional, hasta lograr la adecuación de los establecimientos.
En la norteña Lombardía, la más golepada por la pandemia, el gobierno regional planea incorporar desde el lunes próximo un sistema de test salivales rápidos para los alumnos de los grados superiores del secundario y facilitar así el piso del 70% de presencialidad decretado a nivel nacional.
Para los cursos más bajos, equiparables al jardín de infantes, primaria y primeros años del secundario de la Argentina, el decreto del gobierno pone un piso de presencialidad del 50%, basado en que su ida a los establecimientos arrastra siempre el desplazamiento de mayores.
Fuente: Télam