Investigadores de la facultad de medicina de Duke-NUS en Singapur llevaron a cabo tres estudios diferentes para examinar la expresión de la proteína interleucina-11 (IL-11) y su papel en la salud del corazón, los riñones, el hígado y los pulmones. La última investigación dio lugar a una terapia experimental anti-IL-11 que actualmente se encuentra en ensayos clínicos para tratar la enfermedad pulmonar fibrótica, sin embargo el descubrimiento fue más allá.

Basándose en este trabajo, el equipo identificó el papel de la IL-11 en el proceso de envejecimiento, ya que su mayor producción conduce a la acumulación de grasa en el hígado y el abdomen, así como a una reducción de la masa y la fuerza muscular. Al bloquear la expresión de esta proteína, se podrían reducir drásticamente estos signos distintivos del envejecimiento.

Solo 25 semanas después de la terapia, los animales tenían un menor riesgo de cáncer, no tenían canas, mejor visión y mejor funcionalidad muscular. Los animales de 75 semanas, equivalentes a un humano de 55 años, vivieron un promedio de 155 semanas, en comparación con las 120 semanas de los que no fueron tratados.

Los humanos heredaron la proteína, llamada interleucina-11, de los peces hace unos 450 millones de años. El gen se relacionó con inflamación crónica, cicatrización de tejidos orgánicos, trastornos del metabolismo, desgaste muscular y fibrosis cardíaca. "Estos hallazgos son muy emocionantes", dijo el profesor Stuart Cook, coautor correspondiente, del Laboratorio de Ciencias Médicas del Consejo de Investigación Médica del Reino Unido (MRC LMS).

"Los ratones tratados tenían menos cánceres y estaban libres de los signos habituales de envejecimiento y fragilidad, pero también vimos una reducción del desgaste muscular y una mejora en la fuerza muscular. En otras palabras, los ratones viejos que recibieron anti-IL11 estaban más sanos. Si bien estos hallazgos se realizaron sólo en ratones, plantean la tentadora posibilidad de que los medicamentos puedan tener un efecto similar en humanos de edad avanzada.  Los tratamientos anti-IL-11 se encuentran actualmente en ensayos clínicos en humanos para otras enfermedades, lo que podría brindar oportunidades interesantes para estudiar sus efectos en humanos que envejecen en el futuro", expresó.

El profesor Cook dijo a la cadena birtánica BBC que, si bien el ensayo aún no finalizó, los datos sugieren que el medicamento es seguro para los humanos.  El equipo realizó dos experimentos para su investigación, las primeras ratas modificadas genéticamente para eliminar IL-11. La eliminación alargó la vida de los animales en más de un 20 por ciento en promedio. Sin embargo, los resultados "dramáticos" se vieron cuando inyectaron un fármaco anti-IL-11, que impidió que la proteína causara efectos relacionados con la edad en el cuerpo.

Tanto las ratas macho como las hembras tuvieron una esperanza de vida aumentada hasta en un 25 por ciento. El tratamiento no sólo ofreció protección contra enfermedades crónicas y la pérdida de masa muscular y fuerza relacionada con la edad, sino que también redujo la tasa de acortamiento de los telómeros. Los telómeros son las tapas que se encuentran al final de cada cromosoma y los mantienen unidos. A medida que envejecemos, los telómeros se desgastan y se acortan, lo que provoca enfermedades como el cáncer, el Alzheimer y el Parkinson.

"Nuestro objetivo es que algún día la terapia anti-IL-11 se utilice lo más ampliamente posible, para que la gente de todo el mundo pueda llevar vidas más saludables durante más tiempo", afirmó el profesor Cook.

Los investigadores llevan investigando a la IL-11 desde hace muchos años y en 2018 fueron los primeros en demostrar que IL-11 es una proteína profibrótica y proinflamatoria, revirtiendo años de caracterización incorrecta como antifibrótica y antiinflamatoria.