Deportista, familiero y soñador. Así era Lucas Giovanni Vega Caballero, el nene de 13 años que el lunes por la noche fue asesinado en la esquina de Génova y González del Solar, barrio Emaús, en la zona noroeste de Rosario. Desde el dolor, su mamá lo recordó este martes, dio detalles del feroz ataque armado y contó que su hijo soñaba con brindarles un mejor futuro a los suyos.
“Cuando sea grande y famoso te voy a sacar de este barrio peligroso”, le decía el adolescente a su madre, Marisa, según ella misma contó a la prensa entre lágrimas, desgarrada por la pérdida.
“Decía que iba a comprar una casa, era un sueño desde su inocencia”, expresó la mujer, en relación a las aspiraciones que Lucas tenía como futbolista, rol que llegó a cumplir en las inferiores de Rosario Central. También practicó futsal y natación, contó la mamá.
Recordó la último noche del quinto y más pequeño de sus hijos, que quiso salir “a tomar aire cinco minutos” después de haber estado todo el día adentro, con un resfrío que le impidió ir a la escuela y a otras actividades. En ese ratito en la calle, el destino le jugó la peor de las pasadas.
“Ahí llega el auto blanco y le da”, relató sobre un Volkswagen Gol al que apuntaron testigos. Las balas también hirieron a otros dos chicos de 15 años –uno es hermano de Lucas– pero no de gravedad.
“La ambulancia no llegaba y (Lucas) ya no podía respirar, cerraba los ojitos pero tenía signos vitales. Llegó al hospital, le dio un paro y falleció”, cerró Marisa su dramático relato.
En el lugar recogieron al menos 20 vainas servidas, todas calibre 9mm pero creen que harbrían salido de al menos dos armas diferentes. Hasta el momento no hay detenidos por el atroz homicidio.