El juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, le ordenó al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) que bloquee “de manera urgente” el acceso a los sitios web de la plataforma de trading financiero denominada “RainbowEX” y/o “Knight Consortium”, que está siendo investigada por el posible delito de intermediación financiera no autorizada y, en el fuero penal provincial, por eventuales estafas de tipo piramidal, en la ciudad bonaerense de San Pedro.
Al fundamentar su solicitud, los fiscales federales Matías Di Lello y Horacio Azzolin recordaron que “la Comisión Nacional de Valores (CNV) informó que las empresas mencionadas “no se encuentran registradas en el Registro de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales –Personas Jurídicas– y tampoco han presentado una solicitud de inscripción”.
“Pese a ello, los servicios siguen ofrecidos al público en general, principalmente a través de dos sitios”, advirtieron los fiscales, y agregaron: “Frente a este panorama, con el fin de evitar que el delito llegue a consecuencias ulteriores, entendemos que el acceso a los sitios debe restringirse al público en general, al menos en nuestro país, pese a que la infraestructura de ambos está montada fuera de la República Argentina”.
La Sede Fiscal Descentralizada de San Nicolás inició el martes pasado una investigación preliminar sobre la posible configuración de maniobras de intermediación financiera no autorizada, aunque también se analiza como hipótesis el posible lavado de activos.
Un 20 por de la población de San Pedro se encontraría operando con una “plataforma de trading” denominada “RainbowEX” y/o “Knight Consortium”, consistente en la inversión de dólares en la compra de criptomonedas –que resultarían inexistentes–, donde se prometen ganancias de entre el 1 y 2 por ciento diario en la moneda extranjera.
La figura visible detrás de la plataforma es una mujer conocida como “La China Ali” y/o “L.Y” que a través de mensajes cursados desde la aplicación de mensajería instantánea Telegram sería la responsable de enviar “señales” diariamente a los usuarios para que compren y vendan criptomonedas a un horario determinado.
También se refiere como objeto de la investigación que “Knight Consortium” sería la organización detrás de la plataforma en la cual surge un referente cuyos datos se desconocen, por el momento, aunque sería oriundo de San Pedro. Esa persona administraría un grupo en la aplicación Telegram, donde compartiría información sobre inversiones y/u operaciones de la plataforma.
Las dudas sobre la veracidad del sistema surgieron a partir de las excesivas ganancias diarias que prometía Knight Consortium. Un 1% en dólares significa una tasa de interés del 3.490% anual. Para tomar de referencia, los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, que son considerados una inversión segura, tienen un rendimiento del 4% anual.
Maximiliano Firtman, programador, profesor y director de la academia de programación ITMaster, comenzó a investigar a Knight Consortium y compartió un hilo de X en el que describió cómo funcionaba la supuesta estafa.
Knight Consortium San Juan se presenta con toda su "comisión directiva" en su cuenta de Instagram y con una frase motivadora de Mark Zuckerberg. pic.twitter.com/t5jM9Z7Bqy
— Maximiliano Firtman (@maxifirtman) October 10, 2024
“El problema de toda esta historia es que la empresa Knight Consortium no existe desde 2010. Su sitio web tiene solo unos meses de vida. El trading de criptomonedas en la aplicación Rainbowex no existe. Los fondos de las personas desaparecen de sus billeteras apenas ingresa el dinero. Ali, La China, no existe, es sólo una cuenta en Telegram que no habla muy bien español. Zhang Guofu, el fundador, no existe, es una foto de stock”, aseguró Firtman en una nota publicada en Clarín.
El portal Chequeado recordó que las estafas piramidales llevan ese nombre por la forma de la estructura necesaria para que funcione. Muchas personas pagan dinero para ingresar a la base y van llegando a los estratos más altos al reclutar nuevos participantes. Aquellos que crecen en la pirámide y llegan al estrato más alto van a obtener ganancias pero por haber conseguido a otros que se sumen al esquema.
El problema está en que las personas ingresan bajo una falsa promesa de multiplicar el dinero invertido, pero no hay ninguna inversión o actividad que genere nuevos ingresos.
Solamente se gana dinero por el aporte que hacen los nuevos ingresantes y que lo retiran aquellos miembros que los convocaron. Si dejan de ingresar nuevos participantes, deja de haber dinero. Por eso, el éxito dependerá exclusivamente del reclutamiento y el convencimiento para que nuevos actores se sumen a la causa.
El reclutamiento se hace bajo promesas de poder duplicar, triplicar o incluso sextuplicar lo invertido. Entonces, aquellos que primero ingresan logran ese objetivo al retirar su inversión y parte del dinero que pusieron los nuevos miembros. Pero esta cadena se corta si en algún momento dejan de invertir nuevos miembros.
Además, a diferencia de una inversión en una institución financiera autorizada, no se firma ningún tipo de documento ni hay solvencia para responder ante un eventual resultado negativo.
Muchas veces los términos “estafa piramidal” y “esquema Ponzi” son utilizados como sinónimos pero tienen diferencias. En la estafa piramidal los participantes logran ganancias al reclutar nuevos miembros. En cambio, en el esquema Ponzi la persona no necesariamente tiene la responsabilidad de buscar nuevos miembros y piensa que está invirtiendo en algún activo, según la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos.
El esquema Ponzi nació en los años 20 en los Estados Unidos, cuando el empresario italiano Carlo Ponzi convocaba gente para invertir en cupones internacionales por correo con un 50% de retorno en pocos meses. Con el dinero invertido por los nuevos participantes, le pagaba a los viejos miembros y así mantenía una rueda girando sin invertir un centavo.