Gerardo "Tato" Young no olvidará nunca del 19 de septiembre. Lo que parecía una jornada normal, terminó siendo la más intensa: sufrió un aneurisma cerebral que lo dejó al borde de la muerte y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. A dos meses de aquel momento, el periodista escribió una sentida reflexión.
“Llevo casi dos meses tomado por una realidad paralela, que me tragó por un tiempo. Los fármacos lo explican sólo en parte. Otro tanto aquello que todavía no alcanzamos a entender. La medicina me trajo de vuelta, pero no sólo los médicos… también la salud que construí durante mi vida. Y mis hijos, y mi mamá, y mis hermanos, y mis familiares y mis amigos. Y la suerte. Y el sistema de salud. Y la voluntad de tantos, también la mía”, indicó.
Hola. Llevo casi dos meses tomado por una realidad paralela, que me tragó por un tiempo. Los fármacos lo explican, sólo en parte. Otro tanto aquello que todavía no alcanzamos a entender. Quiero contarles algunas cosas. La primera es que la medicina me trajo de vuelta...
— Tato Young (@eltatoyoung) November 15, 2024
Y agregó: "En los próximos días iré contando algunas cosas. Y agradeciendo. Sólo les adelanto que la experiencia fue brutal. Toqué la muerte de cerca. Y abracé a la vida en sus formas más diversas, con entregas de amor incomparables. Gracias a todos por este viaje, que recién arranca".
En los próximos días iré contando algunas cosas. Y agradeciendo. Sólo les adelanto que la experiencia fue brutal. Toqué la muerte de cerca. Y abracé a la vida en sus formas más diversas, con entregas de amor incomparables. Gracias a todos por este viaje, que recién arranca.
— Tato Young (@eltatoyoung) November 15, 2024
El aneurisma se manifestó apenas unos días después de que regresara de un viaje a Bariloche, donde había acompañado a su hijo en su viaje de egresados. Según relató al aire de Radio Mitre su colega María Isabel Sánchez, el periodista había vuelto con un fuerte resfrío. “Vino con una gripe, sin voz los últimos días, pero esto no tiene nada que ver”, aclaró, al recordar el momento en que su compañero comenzó a sentir los primeros síntomas del episodio cerebrovascular.