La Casona Yiró fue construida como residencia familiar en el año 1880, aproximadamente. Se destacó por ser una clínica donde se realizaban cirugías y partos. En el primer funcionaban los consultorios y la sala de espera. También cuenta con mayólicas, vitreaux, que le dan otro color e impronta a la casona. Cada Domingo, por la pantalla de El Tres, recorrió cada rincón de esta alucinante construcción, que es patrimonio muy valioso para Rosario.
En el año 1953 fue ampliada en algunos sectores de la planta alta para diferentes usos de la misma familia. Más tarde fue cedida a la fundación Corriente Cultural 1380, para conservar su espíritu, convirtiéndose en punto de encuentro para la comunidad con la intención de desarrollar el potencial artístico, intelectual y holístico de la personas de la época, generando un espacio participativo con compromiso social.
La casona tiene una superficie aproximada a los 1.000 m2, los cuales están divididos en dos plantas, donde hoy se realizan diferentes tipos de actividades.
“La familia propietaria es la familia Chiossone, uno de ellos fue un médico muy prestigioso, cardiólogo. En su momento la clínica fue visitada por personalidades importantes no solamente de la ciudad de Rosario sino también de Buenos Aires”, contó Carlos Silva, director de la casona.
Este lugar de mucha historia, fue epicentro de reuniones cumbres del partido Justicialista. Y fue visitada por el propio Juan Domingo Perón y otros referentes como Arturo Frondizi y Benjamín Solari Parravicini.
Desde su reapertura, la casona atrapa por su majestuosidad, sus muebles y ornamentación, las singulares luces naturales atravesadas por los vitreaux, y su iluminación nocturna de arañas y candelabros, su piano de cola que suele sonar inesperadamente a cualquier hora en las manos de unos de los artistas que vive en el lugar, su monumental escalera de madera y el misterio de sus habitaciones y sus libros.