La euforia se apoderó de Wall Street tras el triunfo electoral de Donald Trump, elevando el valor de las acciones en 1,62 billones de dólares en un solo día, el quinto mejor desempeño en la historia de la bolsa estadounidense. Los inversores están de fiesta. Los inversores anticipan una reactivación económica impulsada por políticas favorables a la desregulación y los recortes de impuestos.
El optimismo es palpable en el sector financiero, donde bancos y empresas de servicios financieros aumentaron significativamente sus valores. El índice bancario KBW experimentó un ascenso del 11%, y varios esperan un entorno menos estricto en términos regulatorios bajo una administración Trump.
Con el posible retiro de Lina Khan, presidenta de la Comisión Federal de Comercio y conocida crítica de las grandes fusiones, inversores como Carl Icahn anticipan una era de expansiones y adquisiciones para las empresas tecnológicas y financieras, un sector que Goldman Sachs y Morgan Stanley lideraron en alzas.
El índice Russell 2000, que agrupa a las empresas de pequeña capitalización, reflejó un notable aumento del 5,8% debido a la expectativa de políticas económicas que beneficiarán al sector doméstico en lugar de a los grandes actores multinacionales. "El crecimiento interno favorecerá a las empresas de pequeña capitalización", indicó Michael O'Rourke, estratega de JonesTrading.
No obstante, analistas de Pimco, advierten sobre los riesgos de una inflación acelerada y un déficit presupuestario elevado, aspectos que podrían frenar los recortes de tasas de interés que los mercados anticipaban.
Las expectativas son altas, pero la economía de EE. UU. también enfrenta desafíos con posibles nuevas políticas comerciales y fiscales. "Esto apenas empieza, y Trump tiene el poder de modelar su política sin restricciones", dijo David Kelly, de JP Morgan Asset Management, enfatizando el margen de maniobra que la presidencia y el control del Congreso le otorgan a Trump.
El fervor por los cambios en Wall Street es innegable, pero mientras algunos ven una época dorada en el horizonte, otros prefieren esperar para ver si las promesas de crecimiento realmente se cumplen.
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