El desafío "plata fresca" del gobierno y el porqué se buscan más viviendas en la zona sur que en Funes o Roldán

Los nuevos instrumentos financieros. Lo que propone Santa Fe en la reglamentación del RIGI. Contrario al alineamiento de Milei, crecen los viajes de industriales y comerciantes a China para la sustitución de producción

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Los dólares financieros cayeron durante la última semana después del anuncio que utilizarán reservas, una decisión que como contrapartida provocó que el riesgo país subiera hasta rozar los 1.600 puntos. La fragilidad de los bonos expuso que los inversores tienen otros interrogantes antes de definir apostar fichas en activos argentinos.

En Wall Street festejan el superávit fiscal que consolidó el gobierno en el primer semestre del año. Pero les preocupa la debilidad del Banco Central, que volvió a tener reservas negativas.

“La recaudación es clave, ya que si no mejora la calle va a estar seca, y el control del tipo de cambio con esta brecha no hay dólares del campo”, sintetizó un importante banquero que por eso “el dólar le está trayendo dolores de cabeza, aunque digan lo contrario, y por esto la suba de la tasa”. 

“De todos modos muestran mucha cintura para manejar la macro”, reconoció el banquero sobre Milei y Caputo.

Pero el panorama hacia adelante es cuesta arriba y requerirá algo más que cintura de trader para operar en la realidad económica. El Tesoro aseguró que buscará comprar 1.500 millones de dólares para asegurar los pagos de deuda en enero, así como esterilizar los pesos emitidos desde fines de abril, lo que demandará usar alrededor de USD 1.700 millones adicionales.

Para Fernando Marull, director de FMyA, estas medidas implican que las reservas netas quedarían en 5.000 millones de dólares negativos, lo que implicaría incumplir con las metas acordadas con el FMI.

El vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, en una nueva presentación en Nueva York reconoció que las reservas están en terreno negativo. Y al igual que el presidente y Caputo en su último viaje a Estados Unidos, el número dos del BCRA volvió compromisos de apoyo y una desconfianza hacia el país que no afloja pese a los esfuerzos realizados.

Por eso, el gobierno apunta ahora a los nuevos instrumentos habilitados por la ley Bases para recaudar fondos. El blanqueo, cuya fase inicial es la más atractiva -vence el 30 de septiembre-, es una de las opciones para el ingreso de dólares. Según sea el analista consultado, las expectativas rondan entre 1.000 y 2.000 millones de dólares para apuntalar las reservas.

Por el lado del Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) no se prevén desembolsos a corto plazo. Ahora el argumento es que falta sacar el cepo, y con las últimas tensiones cambiarias parece alejarse esa decisión.

Además del RIGI falta la reglamentación y la adhesión de las provincias. En este sentido, el área de Producción del gobierno de Maximiliano Pullaro trabaja con Fisfe y Admira para tratar de que se incluyan aspectos favorables para las pymes de la región.

¿Cuáles son esos puntos que buscan el equipo de Puccini incluir en la reglamentación del RIGI? En un documento que trabajan figuran al menos tres puntos:

- Al menos el 50% de la integración local requerida (20%) coherente con la adquisición de bienes de capital e insumos, para evitar que se destine totalmente a servicios no transables como movimiento de suelos, etc.

- Mayor definición a los sectores alcanzados. Detallar qué ingresa en “tecnología”.

- También hay varios puntos relacionados a los beneficios a los importadores como cumplimiento de normas técnicas; definir listado de posiciones arancelarias como lo hace el régimen minero, entre otros.

El tercer punto para sumar dólares es el superávit comercial, pero también es limitado y en pocos meses podría tensionarse por el cambio de modelo está llevando a cada vez más industriales y comerciantes a profundizar sus vínculos con proveedores en el mundo, siendo -a diferencia del alineamiento que plantea Milei- China el principal destino. Seguramente en los próximos meses no se vea una recuperación de la capacidad instalada -hoy apenas por encima del 50%-, pero si de las importaciones por parte de esas propias empresas.

Los despidos tienden a incrementarse por la caída del poder de compra y de la decisión de un cambio de modelo, que por ahora no se notan más profundamente en el consumo debido a que las indemnizaciones ofician de sordina. Incluso hay un fenómeno que es, por ejemplo, que en la zona sur de Rosario se note una “reactivación” de la demanda para la compra de pequeñas viviendas y locales. Así lo confirmó un histórico operador inmobiliario. Se pueden conseguir pequeñas viviendas con años de antigüedad por 20.000 ó 30.000 dólares. 

“Hay más movimiento y consultas en zona sur que en los loteos de Funes y Roldán”, ironizó otro corredor que reconoció que crece la preocupación de los inversores o pequeños propietarios en esos emprendimientos inmobiliarios por los fuertes aumentos de costos de los servicios está llevando a más de uno a revisar su estrategia.

“Antes comprabas sin preguntar para sacarte los pesos de encima y porque prácticamente no pagabas nada de impuestos y servicios, eso ahora cambió”, agregó.

Con todas estas proyecciones macroeconómicas, tienen razón los inversores en estar preocupados. ¿Cuál es la garantía que da el gobierno sobre el cumplimiento en los futuros pagos de la deuda? Por ahora la determinación que muestra Milei con un nivel de ajuste de los que no hay registros en la historia.

El problema es que el para el 2025 Argentina debe juntar 9.500 millones de dólares en 2025 para pagar deuda. Los valores de los bonos siguen reflejando altas posibilidades de una inminente reestructuración de la deuda. El Bonar 2030 bajó de los USD 50 y los demás títulos rondan los 40 dólares. Son precios mejores que los del gobierno anterior pero ya están 20% abajo del pico de mayo.

La falta de un acuerdo con FMI tampoco ayuda. Menos aún después de las nuevas descalificaciones de Milei al encargado del Hemisferio Occidental del Fondo, Rodrigo Valdés. La esperanza del gobierno es que una victoria de Trump en noviembre habilite otra postura en el FMI para el envío de fondos frescos. Pero son sólo especulaciones que circulan entre analistas políticos y financistas.

Desde el gobierno reconocieron que buscan avanzar con una fórmula que ya intentó Massa sin éxito: operaciones de repo para conseguir dólares frescos. “Con bonos con valores por debajo de 50 dólares es complicado usarlos como garantía para préstamos”, confiaron desde una importante agencia de Bolsa consultada por Ecos365.

La clave sigue siendo tratar de que Argentina vuelva a los mercados para refinanciar la deuda, pero el gobierno lleva siete meses intentando distintas fuentes y haciendo su trabajo con el superávit pero nadie le presta un centavo, porque persiste la desconfianza sobre la gobernabilidad”, agregó un importante empresario de la región con inversiones también en Estados Unidos, Uruguay y Paraguay.

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