En los últimos meses, los precios mundiales de los principales productos lácteos han aumentado rápidamente debido a la fuerte demanda y la escasa producción de leche en los principales países productores. La mejora exhibida todos los meses en la producción de leche entre los principales productores ha estado disminuyendo desde mayo del año pasado. En septiembre, el crecimiento fue negativo y las cifras de producción de octubre apuntan a nuevas caídas.
Al analizar el mercado global, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) tuvo en cuenta algunas variables que inciden en el negocio, pero definitivamente la cuestión climática se ha convertido en un factor preponderante.
En la Unión Europea por ejemplo, el clima afectó negativamente la producción a punto tal que la producción de leche se estancó en 2021. En Estados Unidos, después de un fuerte comienzo en la primera mitad del año, la producción de leche se desaceleró por las condiciones climáticas desfavorables y los altos costos de producción.
Distinta ha sido la situación en Argentina y desde el OCLA se encargaron de explicarlo: “A diferencia de otros productores importantes, la producción de leche en nuestro país se ha estado expandiendo hasta ahora y la producción acumulada hasta octubre aumentó un 4% interanual. Sin embargo, Argentina generalmente representa menos del 5% del suministro mundial de leche entre los principales productores”.
En Australia, la producción de leche durante 2021 se estima en nueve millones de toneladas, un 1% menos que hace un año, a pesar de la mejora de la calidad y disponibilidad del alimento y los fuertes precios de la leche. “La producción se ha visto obstaculizada por condiciones excesivamente húmedas durante los meses de invierno, lo que indujo a los productores a secar los animales temprano. Además, los bloqueos extendidos relacionados con COVID-19 dificultaron la obtención de mano de obra, lo que provocó que algunas granjas lecheras se convirtieran total o parcialmente en operaciones de ganado menos intensivas en mano de obra”, puntualizaron los técnicos del Observatorio.
Nueva Zelanda registró una temporada excepcionalmente buena en 2021 que se benefició de ganancias relativamente fuertes en la producción por vaca a principios de año. “Para 2021, se prevé que la producción de leche crezca un 1%, llegando a 22,2 millones de toneladas. A pesar de un inicio ideal temprano de la temporada que dio como resultado que la producción de leche acumulada hasta junio aumentara casi un 6% en comparación con 2020, la producción de leche se vio afectada negativamente por las condiciones frías y húmedas de la primavera”, revelaron desde OCLA.
Proyecciones para este año
En la Unión Europea, se pronostica que la producción de leche aumentará un 1% por ciento en 2022 a 146,7 millones de toneladas. Los expertos del Observatorio señalaron que “siguiendo un patrón de larga data, se espera que el número de vacas lecheras se contraiga en un 1%, pero es probable que esto se compense con un aumento del 2% en la producción de leche por vaca”.
En Australia se espera que la producción de leche en 2022 crezca un 1% a 9,1 millones de toneladas “a medida que la flexibilización de las restricciones de viaje en Victoria y Nueva Gales del Sur permita mejorar la disponibilidad de mano de obra, que limitó la producción en 2020”. Además, se espera que los márgenes se vean respaldados por los continuos precios altos de la leche y una mayor mejora en la disponibilidad de alimento y agua.
Para el caso de Argentina, se espera que la producción de leche crezca casi un 2% por ciento en 2022, alcanzando los 12,1 millones de toneladas. Si bien será el tercer año consecutivo de aumento de la producción de leche, se espera que el ritmo de crecimiento disminuya a partir de 2021 y 2020. Si bien observan que se mantienen los márgenes de los productores positivos, también es real que se ven cada vez más presionados “por el aumento de los costos de los insumos”.
Por otra parte, se pronostica que la producción de leche de Nueva Zelanda crecerá marginalmente en 2022. Se estima que el número de vacas disminuirá en la mitad del 1% a 4.88 millones de cabezas. “Sin embargo, el hato se ha vuelto más productivo y se espera que los rendimientos de leche por vaca ligeramente más altos compensen los rebaños más pequeños. Además, el precio de la leche en la granja pagado por Fonterra se pronostica que será excepcionalmente alto, oscilando entre NZ$ 8.40 y NZ$ 9.00 por kilogramo de sólidos lácteos (*/- US$ 0,44/litro de leche)”, destacaron.
La disminución del número de vacas se ajusta a una tendencia a más largo plazo que ha visto el número de vacas alcanzar un máximo en 2014 con 5,2 millones de cabezas y desde entonces ha ido disminuyendo. Se espera que esta caída a la baja continúe a largo plazo, ya que los agricultores enfrentan regulaciones de protección ambiental de agua dulce y regulaciones potenciales sobre el cambio climático.
Por último, indicaron que la producción de leche podría mejorar a principios de 2022 debido a las condiciones climáticas favorables”. Al respecto, se conoció que el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda (NIWA, por sus siglas en inglés) ha indicado que las condiciones de La Niña se han desarrollado en el Pacífico ecuatorial en noviembre y “es probable que las temperaturas de verano hasta febrero de 2022 estén por encima del promedio”.
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