El volumen triguero cae 700.000 toneladas de octubre a noviembre. Con un volumen estimado de 18,8 Mt, la producción estaría por encima del ciclo pasado (14,5 Mt) por 4,3 Mt. El año pasado, la falta de agua junto a las heladas afectó rindes y se había sembrado solo 5,5 M ha frente a las 6,71 de este año. Las lluvias llegaron muy tarde para el norte del país, donde no se descartan más ajustes. Pero en el centro del país fueron claves para detener el deterioro y no se descarta sorpresas positivas en las cosechadoras, aunque se espera una gran variabilidad de resultados.
Para buena parte de Buenos Aires y el norte de La Pampa, el hecho de que a pesar de ser un año muy frío, no se hayan producido las tan temidas heladas tardías, y que las lluvias sigan consolidándose en noviembre sostienen expectativas de alto rendimiento.
La diferencia entre las condiciones hídricas de hace un mes y las actuales se evidencian en el mapa de anomalía de reservas para Argentina.
Se hizo todo para que el potencial triguero supere los 20 Mt, guarismo que se hubiese alcanzado con un escenario de clima normal, pero la sequía que duró alrededor de 5 meses, abarcando gran parte del ciclo del desarrollo del cultivo, ha sido un factor muy negativo. También hay que destacar la reciente recuperación hídrica que ha sido clave para Argentina.
Con todo esto se ajusta la nueva estimación de noviembre con una caída, pasando de 19,5 Mt a 18,8 M t. El guarismo tiene en cuenta 6,7 M ha sembradas con trigo y una pérdida de superficie de 310 mil ha, la mayoría en la zona productiva del norte de Argentina.
De todas maneras, a pesar de las inclementes condiciones climáticas, Argentina lograría consolidar su mejor cuarta campaña triguera de los últimos 15 años, por detrás de los ciclos 2021/22 (23 Mt), 2018/20 (19,5 Mt) y de la 2018/19 (18,96 Mt).
Comentarios