Manuel Brunet no entra en sí mismo de tanta felicidad. Cansado por el día de ayer (y por los festejos de la noche de hoy, que siguieron hasta la madrugada), habló este mediodía en radio 2 y trató de explicar el combo de sensaciones que vive por estas horas, aún en Río de Janeiro.
"Estoy muerto, se hizo larga la noche, jaja. Salimos a festejar, como se debe. Se logró algo increíble, histórico, lo soñamos mil millones de veces y de tanto soñarlo, se hizo realidad. Ahora estamos a las corridas porque debemos dejar la Villa para ir al aeropùerto, y yo me voy de vacaciones con mi familia", arrancó en A Diario.
Consultado sobre el momento del himno nacional una vez consumado el oro, confesó: "Es único, se te vienen muchas cosas a la cabeza, la buscamos mucho. Y en ese momento, ves a la familia en la tribuna, te acordás de los que no vinieron y el camino para poder estar ahí. Es difícil no emocionarse".
"Este grupo nunca necesitó un mensaje para no relajarse, porque nos conocemos mucho y ya habíamos hablado que queríamos ir por todo. No hubo momento de relajación. En cada partido nos planteamos seguir un paso más", añadió.
Finalmente, hizo referencia al momento posterior al cuarto gol, cuando quedó dentro del arco rival y sentado junto a Mazilli: "Vi la foto ayer, el teléfono se me explotó pero pude verla. Por lo que representa, por el momento, estoy con un gran amigo mío. Fue algo histórico. Estoy feliz".