La novela de Fernando Zampedri dejará secuelas en la relación del delantero con los dirigentes del club de Arroyito. Al menos es lo que deja en claro el extenso comunicado que el futbolista canalla publicó en su cuenta oficial de Instagram este jueves, luego de que la dirigencia auriazul desechara su transferencia a Independiente en poco menos de 3 millones de dólares. El jugador asegura que los directivos le negaron un resarcimiento económico porque “no se lo merece” y exigió que el club le pague “la deuda” que -según el delantero- tienen con él “de manera inmediata”.
En el largo texto, que el delantero divulgó en dos publicaciones de Instagram, Zampedri cuenta que se enteró del interés de Independiente el pasado 3 de enero, pero que “nunca” metió “presión” al respecto.
“Hasta el martes 29 de enero jamás hablé con los dirigentes del CARC para meter presión. Si bien es normal que eso suceda, por respeto a la institución seguí entrenando con absoluta normalidad y profesionalismo”, continuó.
Según el “Toro”, después de varias semanas de negociación con Independiente se llegó a establecer el monto de su pase en U$S 2.800.000 “a partir de renunciar a una deuda que el club tiene conmigo”.
“La respuesta del CARC consistió en el rechazo de la operación”, siguió Zampedri. Y aquí empiezan las duras críticas a la comisión directiva: “Ayer fui personalmente al club y hablé con los dirigentes para que consideren la posibilidad de mejorar mi contrato. Les expliqué que el deseo de mi transferencia se fundaba en una cuestión económica. La respuesta fue contundente: no merezco ninguna compensación”, enfatizó.
“Veremos si, aunque sea, cancelan la deuda que tienen conmigo cuyo pago exigiré inmediatamente”, disparó el entrerriano.
“El hincha del CARC merece una explicación. Pueden no compartir mi mirada, pero quiero ser sincero y directo con ellos. Les ruego que intenten, por un momento, ponerse en mi lugar. Soy una persona, no una cosa. Es cierto que los contratos son para cumplirse (me parece que también para el club, el cual tiene una deuda conmigo). Pero tampoco son herramientas para tomar de rehén a una persona”, graficó el delantero con dureza.
“Mi entrenador puede dar fe de la cantidad de encuentros que jugué infiltrado. Ahora sí; nunca fuiu demagogo. El CARC es una gran institución, me siento honrado de jugar aquí. Pero no es «mi casa», un «mi madre», ni «mi vida». Cada cosa en su lugar”, reflejó Zampedri, evidentemente muy dolido por la situación.
Por último deseó: “Ojalá que esto no repercuta en mi rendimiento. Si eso ocurre, sientan que soy el principal perjudicado”.