La causa federal que implicó los allanamientos de este viernes, para dar con una banda narco que operaba en la zona norte de la ciudad, y que Rosario3 anticipó en forma exclusiva, sigue teniendo rebotes realmente sorprendentes. Por ejemplo, la descripción de la pata policial de la banda que se dedicaba a secuestrar adolescentes en el norte provincial para luego obligarlas a vender y consumir drogas y también a prostituirse con soldaditos de los búnkeres y con agentes policiales. Además, los efectivos están acusados de robarle plata y estupefacientes a la banda.
El 23 de abril pasado a la 0.45 de la madrugada, el móvil policial identificado A-9.506 y una camioneta cuya numeración completa no logró identificarse (aunque empezaba con 100 y se trataría de la C-10076) fueron vistos en la vereda del búnker de Pasaje 1.368 al 3300. En ese momento, el inmueble tenía la puerta abierta y los agentes estaban adentro, de acuerdo a tareas de vigilancia encubierta.
Sobre ese episodio, una de las adolescentes secuestradas explicó que los policías entraron, robaron la plata recaudada por la venta de droga y también las bochitas de cocaína que encontraron. “La Policía corrupta pasaba los domingos y se llevaba 50 mil pesos”, afirmó una de las menores durante una de las entrevistas. De esta afirmación se desprende que podría haber más agentes involucrados en este caso, además de los cuatro que fueron identificados y detenidos este viernes.
Esos dos patrulleros, de acuerdo a la investigación en curso, estaban asignados a Francisco G. D., Marcos N., Roxana A. y Fiama N., quienes fueron detenidos este viernes por la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Agencia de Control Policial.
Ninguno de los agentes, por la información provista por la propia fuerza de seguridad, había sido comisionado en aquella fecha al Pasaje 1.368 al 3300, donde fueron vistos (además de haber sido delatados por el GPS de las unidades).
Por los datos que recolectó la Agencia de Control Policial, los dos móviles policiales estuvieron “parados por un período de tiempo largo y no estaban cumpliendo orden alguna en el domicilio”.
Por si fuera poco, los dos vehículos después se dirigieron hasta la zona de Polledo al 3500, donde estaba el otro punto de venta de la banda de Lautaro G., cuando tampoco había directiva alguna para que fueran a ese lugar. Es más, la camioneta no estaba cumpliendo funciones en la cuadrícula que tenía asignada e incluso no acudió a una incidencia en Netri y Machain.