El crimen de Ezequiel Ibarra, el agente policial de 28 años, quien anoche fue baleado en Larralde y Dean Funes, tiene algunas particularidades. La primera tiene que ver con una cuestión contextual: el papá de la víctima también murió de forma violenta cuando fue ultimado a disparos en un supuesto asalto. Otros detalles que trascendieron son que el agente no estaba prestando funciones y que la o las personas que le dispararon se llevaron su arma.
El periodista Agustín Lago confirmó en Radiópolis (Radio 2) que el papá del muchacho asesinado este lunes a la noche en un Peugeot 308 negro de 4 disparos de arma de fuego fue muerto a balazos en 2014, en inmediaciones de Junín y Matienzo. Se llamaba Mario Ibarra y al igual que su hijo había sido policía. Al momento de su homicidio, había dejado la fuerza y era remisero. De acuerdo a lo que trascendió, cruzó disparos con dos delincuentes y hasta alcanzó a herir a uno de ellos.
Otra cuestión que registra relevancia en el crimen de Ibarra hijo es que el joven no estaba prestando funciones sino que estaba con carpeta médica. La víctima prestaba funciones en el Tribunal provincia, en la oficina de Gestión Judicial.
Fuentes policiales detallaron, además, que también se constató la sustracción de una pistola reglamentaria de la víctima. Tras el hecho, agentes policiales iniciaron un fuerte operativo de saturación en la zona para buscar a los autores. Intervino en la investigación el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, Miguel Moreno.