El dueño de la concesionaria baleada este domingo por la noche –hecho en el que murió una testigo que vio todo y se descompensó– afirmó que Rosario "es una ciudad tomada". En mensajes que recibió a través de Whatsapp le habían pedido "25 gringas" (25 mil dólares) a cambio de no atacarlo. "Si no pagás, no trabajás. Es una locura", aseveró.
"Mirá, te la hago cortita. Soy del sur. Quiero que pongas 25 gringas. El flaco fue claro hoy", decía el primer mensaje hacia Omar Velázquez, dueño de la concesionaria, quien le respondió que estaba "mal de la cabeza". "Yo te avisé, no hay problemas. No querés pagar, no pasa nada. Me llegaré a Ingeniero Laporte", replicó el delincuente.
Velázquez, en diálogo con De 12 a 14 (El Tres), dijo que la plata era "a cambio de protección de ellos mismos, que no sabemos quiénes son. Son mafias que se enquistaron en esta sociedad y tenemos que convivir con ellas".
�� Balearon una concesionaria y una mujer que fue testigo sufrió un paro cardíaco y murió.
— Rosario3.com (@Rosariotres) August 9, 2021
El comercio ubicado en Rondeau al 4100 fue atacado a balazos anoche. El dueño del negocio aseguró que hace dos meses le piden 25 mil dólares a cambio de “protección”.#Rosario3 pic.twitter.com/iOXlvBUsHm
En otro mensaje, el extorsionador escribió desde otra línea telefónica. "Omar, acá de vuelta. Me bloqueaste el otro. Veo que ya anduviste averiguando, como vos dijiste, y mandando la foto de mi compañero. Te aviso, los días corren. Terminá de averiguar todo hoy. Te doy tiempo hasta el lunes. Después me manejo yo", concluyó el Whatsapp.
La víctima relacionó una visita de un supuesto interesado en un auto ocurrida tiempo atrás y que pidió únicamente hablar con el dueño. "Es la única persona que sacamos que puede ser. El resto fue todo por Whatsapp desde varios teléfonos. Hicimos denuncias. He tenido custodia", concluyó.
"Estoy con mucha angustia. No sabemos cómo seguir. Cambiaremos las vidrieras, pero no sabemos qué va a ocurrir mañana. Es algo impensado. Es algo fuera de lugar, no me entra en la cabeza que quieran pedir o robarle a la gente que trabaja. Es una ciudad tomada. Si no pagás, no trabajás. Es una locura. Y si les das una vez le tenés que dar siempre, no te los sacás más de encima", finalizó.