No es premeditado, ni a propósito. Simplemente, las mieles del éxito generan una relajación grupal casi sin pensarlo y es lo que podría estar pasándole a Rosario Central. El equipo de Miguel Ángel Russo no puede salir de la irregularidad en el certamen. Ganó la Copa de la Liga 2023, también el clásico en el inicio del año, pero repetir un campeonato no es tan sencillo. Aún más, cuando tiene que jugar la Copa Libertadores de América. Por eso, podría ocurrir que se baje el nivel mostrado en el sprint final del torneo anterior.
Los resultados no se dan, sobre todo de visitante. Será tiempo de corregir muchos aspectos del juego si quiere ser protagonista en el torneo más importante que tiene el continente.
La fortaleza está en el Gigante y se ratifica en cada presentación. Este año, ganó tres y empató uno, sobre cuatro jugados. Al único que no le ganó fue a Banfield en la primera fecha. Luego, venció a Independiente Rivadavia, Gimnasia y Esgrima e Instituto y lleva 32 encuentros sin conocer la derrota en su reducto.
Desde hace tiempo, el déficit está al salir de Rosario. Allí se le complica y no le encuentra la vuelta. En esta Copa de la Liga obtuvo 5 derrotas 1 empate y 1 triunfo -para algunos vale por todas las derrotas- en el clásico.
Miguel Ángel Russo dijo: "Nos falta mucho para estar en el nivel que queremos". Y agregó: "Me molesta cuando intentamos cosas individuales y no colectivas. Este tiempo nos va a servir para mejorar en lo colectivo y ponernos a tono de todo lo que va a venir".
Ahora se viene la fecha FIFA y no habrá fútbol de cabotaje. Eso le servirá al conductor para mirar las cosas negativas de cada juego y tratar sobre todo de mejorar en la salida del Gigante, ya que en la Libertadores, lograr puntos de visitante es importante, aunque se consigan los 9 puntos de local. Sumar te da más chances de clasificar a la próxima ronda.
El canalla espera con expectativa el debut en el certamen continental, pero sabiendo que está un escalón abajo del resto de sus rivales: Peñarol, Atlético Mineiro e inclusive Caracas.
Los 10.000 kilómetros que recorrerá serán importantes y deberá optimizar el descanso. Hasta Uruguay para medirse con Peñarol recorrerá 600 km, llegar hasta Belo Horizonte donde enfrentará a Atlético Mineiro le sumarán 2.600 km y hasta Venezuela para el duelo con Caracas el recorrido será de 7.300 km.
Rosario Central tendrá que volver a las fuentes, recordar que fue lo que lo trajo hasta acá y reordenar su cabeza cuando salga de la city rosarina, para no tener dolores de cabeza y poder ilusionarse con pasar a la próxima ronda de la Libertadores, demostrar que no está en un período de relajación, que solo es una mala racha y que se puede revertir con el debut frente a Peñarol.