"Tres empanadas…", "Ahí lo tenés al pelotudo…", "Yo hago ravioles, ella hace ravioles…", “A donde está mi amiga…” y podríamos seguir. Frases que quedaron grabadas en el inconsciente colectivo del Río de la Plata y que se desprenden del film Esperando la carroza, estrenado en 1985 y dirigido por Alejandro Doria, inspirado en una obra de teatro escrita por el uruguayo Jacobo Langsner. La crítica especializada de ese momento no la trató bien pero con el correr del tiempo se convirtió en un verdadero clásico del cine nacional.

Mariano Frigerio, codirector del documental junto a Denise Urfieg, es “Carrocero”. Así se llaman los fanáticos de la película de Doria. Él es uno de los miles de seguidores que cosechó este film a 35 años de su estreno.

Un grupo de carroceros en la puerta de la casa en que se filmó la película



“Es la única película argentina que tiene fanáticos, que tiene seguidores. Con Denise empezamos el proyecto de a poco. Fuimos un día a la casa y cada vez que volvíamos había gente en la puerta de la casa donde se filmó la película. Y cada vez que íbamos aparecían vecinos que salían a contarnos cosas de la película y más fanáticos de la film", contó en exclusiva con Rosario3.

"Y nos dimos cuenta de que había algo ahí atrás. Fuimos a investigar en las redes sociales y fue ahí donde nos sorprendimos. Esperamos encontrar fanáticos pero no tantos. Estaban agrupados era como una comunidad ya formada y establecida", continuó.



Frigerio destacó que los carroceros "tienen sus reglas, sus chistes internos, todos los días comentan algo de la realidad con frases de la película. Encontrarnos con el grupo y que ese grupo tenga 20 mil personas, fue shockeante". Y añadió que "lo que nos está pasando ahora con la promoción del documental es que nos escriben nuevos fanáticos preguntándonos como poder participar del documental”.

Los actores de los roles protagónicos que formaron parte del film fueron entrevistados y sus testimonios son una parte fundamental de este documental. “También a la hora de hablar con los actores nos sorprendimos un montón. Que actores con la talla de Luis Brandoni, que hicieron cientos de películas, te diga que todos los días de su vida alguien le dice algo en relación a las famosas empanadas, nos llamó la atención", confió.

"El propio Enrique Pinti dice, en el documental, que puede estar en cualquier parte del mundo, la gente se le acerca y le recuerda frases de la película. Los actores recuerdan la película con mucho cariño. Para todos fue un honor que los hallamos convocado", continuó con entusiasmo.

El realizador manifestó que "con el primero que tuvimos contacto fue con Antonio Gasalla. Fue súper amoroso y nos acerco un pendrive con imágenes inéditas del rodaje”.

Parte de la filmación en la puerta de la histórica casa en la que se hizo Esperando la carroza



¿Por qué esta película generó este fenómeno? ¿Qué la diferencia de otros films? En relación a estos interrogantes, Mariano Frigerio consideró que “hay una combinación entre Doria y Langsner en la que crearon algo con un poco de magia. Además, nos logra pintar a toda la comunidad rioplatense de cómo somos. Todos los que vemos la película podemos ver algo reflejados de nuestras familias y nuestra historia. Siempre hay una China Zorrilla en toda familia”, apuntó.

En toda familia hay una China Zorrilla


Reseña histórica del film de Doria

 


“Esperando la Carroza” es una película dirigida por Alejandro Doria e interpretada por China Zorrilla, Luis Brandoni, Antonio Gasalla, Mónica Villa, Betiana Blum, Julio De Grazia y Juan Manuel Tenuta, entre otros. Está inspirada en una obra de teatro escrita por Jacobo Langsner, quien también participó de la adaptación cinematográfica. Fue estrenada en el Atlas Lavalle (Capital Federal), el 6 de mayo de 1985, frente a 1.800 espectadores.

En 1972, Doria hizo una versión para televisión que se transmitió por Canal 9. Trece años después, decidió llevarla al cine pero en tono grotesco. Al momento de su estreno, la crítica la tildó de “sobreactuada, crispada, gritada” y no tuvo demasiado éxito. Pero con el correr de los años, se fue convirtiendo en un clásico del cine nacional.



La película se realizó con bajo presupuesto y tuvo sólo cuatro semanas de post-producción. El rodaje se realizó es tan sólo una manzana (excepto la famosa escena donde apedrean a Darío Grandinetti) del barrio de Versalles (Capital Federal).

Debido al éxito que fue cosechando con el paso de los años, en 2012 se decidió remasterizar el film y re-estrenarla en todas las salas digitales del país.