La proliferación de palomas en la ciudad obligó a la Municipalidad de Rosario a tomar cartas en el asunto. Una de las acciones impulsadas para contener la plaga es la refacción del histórico Palomar, el emblemático edificio de techo octogonal ubicado en el Parque Independencia, frente al Estadio Cubierto de Newell's Old Boys, que se encuentra visiblemente deteriorado: agujeros en la cubierta, tejas desprendidas, alambrado vandalizado y pintura descascarada.

Una cooperativa contratada por el municipio está a cargo de las refacciones del predio. ¿Para cuándo estará terminado? "En 20 días", afirmaron voceros de la Secretaría de Ambiente. Construido hace un siglo e inaugurado en 1937, en las crónicas de la época supo ser llamado "el palomar modelo", pero con los años fue visible su menoscabo. La última refacción integral que fue realizada en 2010.

Una cooperativa de limpieza contratada por el municipio mantiene constantemente su suelo higienizado, tarea fiscalizada por el área de Vectores municipal. Por el estado de este predio, no son muchas las palomas que deciden guarecerse o anidar allí, a pesar de que cuenta en su centro con dos fuentes de agua que nunca dejaron de funcionar. Se espera que, una vez puesto en valor, arribarán centenas de aves, y así el área de Vectores podrá llevar un control de su población.

“La idea es llevar un control de tal manera que se pueda regular la población de este animal que, mal que pese a muchos, se puede considerar una plaga, ya que puede contagiar piojillos y algunas enfermedades como hongos si anidan en interiores, sumado al daño a la pintura de autos y viviendas”, precisó el director la Dirección de Control de Vectores, Carlos Tasinato, consultado por Rosario3.

Así se realizan las refacciones del predio octogonal frente al Estadio Cubierto de Newell´s. (Ana Isla/Rosario3)

La refacción consiste en remover nidos añejos, reemplazando tejas rotas y limpiar en profundidad el suelo y la fuente de la que se sirven estos pájaros. “Todo es con el objetivo de lograr que las palomas se sientan guarecidas y se queden allí”, destacó el funcionario.

Al ser consultado por Rosario3, uno de los encargados de la limpieza precisó que, actualmente, se encuentran "pintando y limpiando las casillas de las palomas que están al interior del predio". Sobre el alambrado y las tejas derruidas, consideró que “será la parte más difícil”. La idea es que una vez sellado el techo, más palomas se acerquen a guarecerse y armar nido.

Si bien, muchas personas creen que El Palomar no está en funcionamiento por su visible deterioro, el director de Vectores aclaró: “Nunca dejó de funcionar, pero es una decisión su reacondicionamiento con la proliferación de palomas, para mejorar su control”. Y advirtió: “Todos estos años, más allá de su mantenimiento, la cooperativa hizo tareas de limpieza asidua. Si no lo hubiese hecho, la contaminación en esa zona del parque por la cantidad de excremento sería llamativa”.

Tasinato brindó detalles sobre el proyecto de instalar varios "palomares ecológicos". “Son torres con casillas de madera, con el objetivo de que aniden allí y poder controlarlas también, sumado al Palomar”, explicó. A pocos metros del gran palomar se puede ver uno de los ejemplares "ecológicos", que fue vandalizado por hinchas de Newell's Old Boys. "La idea es instalar más como aquel. Y ese se tiene que pintar para que no tenga colores de ningún equipo", aclaró.

A pesar de ser consideradas como una plaga, no se las puede aniquilar. “La idea no es matarlas porque cabe recordar que la Ley “Sarmiento” prohíbe el maltrato animal y la matanza, pero en paralelo, es importante que la sociedad deje de darles alimento, para que en su lugar reciban el anticonceptivo que nosotros les damos”, señaló sobre otra de las medidas tomadas para desalentar su reproducción.

Un palomar "ecológico" está ubicado a unos metros del grande en el parque Independencia. (Ana Isla/Rosario3)

La otra grieta


Entre las acciones para evitar que las palomas invadan los hogares, Tasinato recordó que “muchos vecinos instalan redes en sus balcones o colocan pinchos de plástico de policarbonato como barrera”, y aseguró una verdad de Perogrullo: “La población está dividida entre los que se enternecen con este animal con una alta simbología cultural y los que lo detestan. Es una grieta ambiental sin consenso claro".

Más allá de la “grieta”, "lo importante es recordar que es un animal silvestre que no tiene forma de control sanitario, que con los años vino más a las grandes ciudades en busca de la comida que desperdiciamos, tras los desmontes de los bosques”; indicó y añadiò: “Eso se suma a que es una ciudad portuaria, que exporta granos, y eso llama a las palomas, por ejemplo en el Viaducto Avellaneda, donde se pueden ver miles de estas”.

En otros tiempos la sociedad veía de otra forma a estos animales. “En muchas viviendas con patio la gente tenía palomares propios porque consumían los pichones, un hábito que cambió con los años y ya no existe”, ponderó sobre días pasados, muy diferentes a los de la actualidad.

Así se ve el techo del palomar desde dentro, con varios agujeros entre las tejas que no fueron mantenidas (Ana Isla/Rosario3)