Este lunes comenzó el juicio a Esteban Lindor Alvarado, el presunto jefe de una resonante organización narcocriminal de Rosario, que asoma como uno de los más importantes que tendrá la ciudad este año. Está imputado como instigador de un homicidio y líder de una asociación ilícita acusada de múltiples delitos, entre ellos lavado de activos, junto a otros cuatro miembros de su violenta banda. En realidad, el inicio se demoró por una curiosa razón, si se tienen en cuenta los delitos que se cometen desde las cárceles. Por otro lado, el principal acusado se presentó desde la cárcel federal de Ezeiza y dio un domicilio en Rosario que no puede ser.
La primera perlita del resonante juicio que comienza este lunes es el retraso de la audiencia por "un problema de conectividad" en cárceles desde las cuales debían conectarse los acusados. Resulta curioso tomando en cuenta la cantidad de delitos que se cometen desde las prisiones,. donde los presos no tienen inconvenientes para conectarse con el exterior.
Finalmente el juicio arrancó y a Esteban Alvarado le tocó presentarse desde su conexión de la cárcel de Ezeiza. Aseguró que es "comerciante" y que tiene el ciclo primario "terminado". En su momento, Alvarado informó a la Justicia que se dedicaba a la "venta de sábanas".
Y después dio un dato más insólito todavía: indicó que su domicilio legal en Rosario es en Riccheri y Constitución, dos calles que corren paralelas en nuestra ciudad.
Otro momento particular del inicio del proceso llegó cuando le tocó presentarse a Mauricio Laferrara, el presunto sicario de la banda, que fue uno de los que tuvo grandes problemas para conectarse. "Soy fletero", comentó a las autoridades judiciales.