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Mariana Willi es empresaria y hace más de 25 años que vive en Funes. La muerte de un hijo la reconectó con la lectura y convirtió una parte de su panadería en una verdadera biblioteca.
“Pilar Sordo me ayudó mucho atravesar un duelo”, cuenta Mariana que encontró en la Biblioteca Ambulante uno de los motores que la empujan adelante.
El espacio comenzó con 300 libros, la mayoría suyos, sobre autoayuda, y de a poco se fue alimentando de distintos autores. Hasta se armó un taller de lectura donde se debate sobre John Berger, Milan Kundera y Haruki Murakami, entre otros.
La Biblioteca Ambulante de Funes es también una suerte de experimento social. No hay muchas formalidades para sacar los libros, y nadie está obligado a devolverlos (más que por su propia conciencia).
¿De qué libro no podría “desprenderse nunca”? ¿Y con qué autora se siente tan identificada que la considera como a una hermana?