A diferencia de la primaria y la secundaria, en la universidad el público es mucho más diverso. Hay diferencias de edad, de ciudad de nacimiento, están quienes además trabajan, y cada uno se organiza el estudio a su manera. Por eso decidir si es momento o no para presentarse a un examen es algo muy personal.
Sin embargo antes de definirlo, debés tener en cuenta ciertos aspectos que son resaltados por el blog eTítulo:
- Una oportunidad menos: te presentes o no, el examen se tomará igual, por lo que si no lo hacés contarás con una chance menos de aprobar. Además, si te has dejado unas cuantas materias se te podría complicar más adelante.
- El gusto de seguir adelante con calma: ir sacando materias de a poco permite, en primer lugar, ir ganando conocimientos que seguro ayudarán para otras asignaturas más complejas. También otorga confianza en uno mismo para enfrentar mayores desafíos. Y por último, una dosis de tranquilidad, porque el camino ya se está recorriendo y al rendir en tiempo y forma, los obstáculos van apareciendo de forma más esporádica y manejable.
- Organizate racionalmente: si el agobio de los exámenes se te junta con trabajo u otras responsabilidades y preferís repartírtelos de forma que estés menos estresado, adelante; pero no postergues el examen por miedo o simplemente pereza. Que la suspensión sea realmente necesaria y valga la pena.
- Una buena forma de organizarse es pensar para dos exámenes, tres fechas. Esto te permitirá contar con una mesa extra por si no llegás a tiempo para alguno de los dos exámenes. Lo mejor es quitarse lo más difícil cuanto antes y dejarte las fáciles para después, para que sean menores las chances de postergarlas.
- No, no es tan grave: si decidiste no rendir en un turno, tampoco es una tragedia. Puede ser hasta positivo para tu salud mental si estás compaginando varias cosas o tenés cargas familiares, pero tampoco lo conviertas en una norma, porque te podés ver igualmente superado unos meses más tarde y sin posibilidad de seguir aplazando. Procura que sea algo meditado y excepcional: dejarte una o dos para más adelante está bien, pero dejarte seis es una locura.
- No dejes de ir al examen: si ya has decidido que es mejor no presentarse a un examen y que esa materia se queda para después, acudí al examen igualmente. ¿Para qué? Para facilitarte las cosas después. Si no has tenido más exámenes con ese profesor, te ayudará mucho ver qué tipo de preguntas hace y a qué cosas ha dado más importancia. Esto te ahorrará mucho tiempo e incertidumbre cuando te dispongas a preparar la materia.