Michroma, la startup rosarina que trabaja en el reemplazo de colorantes artificiales por naturales, tiene previsto duplicar su personal para el 2022, realizar una nueva ronda de capital para escalar su producción, e iniciar el proceso de aprobación regulatoria. Si tal como se espera, logran cumplir con todos esos pasos, comenzarán a comercializar su desarrollo a alimenticias para los mercados de Estados Unidos y Europa.
“Tenemos muy avanzada la producción del colorante rojo, cuyo sintético se utiliza en muchos alimentos y causa muchos problemas a la salud, como hiperactividad en chicos, déficit de atención, colitis y hasta cáncer”, anunció Ricky Cassini, CEO de Michroma (que la fundó junto a Mauricio Braia), en una entrevista exclusiva con Ecos365. La idea, próxima a concretarse, es poder reemplazarlo por un producto basado en hongos filamentosos. “La misma fórmula la llevaremos primero a otros colores, como naranja y amarillo, y luego a sabores y fragancias”, añadió.
La empresa nacida a fines de 2018 se encuentra a punto de dar otro paso clave más en su corta pero veloz trayectoria. Surgida en un evento universitario que cruzaba científicos con emprendedores y empresarios, al poco tiempo consiguió el apoyo clave de la company builder GridX, lo que le abrió las puertas de inversores de todo el mundo, entre ellos a IndieBio, la incubadora de biotecnológicas más grande del mundo.
Entonces levantaron una sede en San Francisco, Estados Unidos, pero sin olvidarse de Rosario. “Seguimos con nuestro laboratorio en la UCA Rosario y queremos ampliarlo para subir la producción y contratar más expertos de la región”, manifestó. Actualmente, 8 personas conforman el equipo de trabajo, pero en breve serán diez (entre los nuevos sumarán a un chileno experto en fermentación) y la idea para el año próximo es crecer a 20.
Mientras tanto, mantienen vínculos con el INTA de Rafaela para pasar de 3 a mil litros la escala de su desarrollo, lo que les permitirá enviar muestras a todas las empresas interesadas en conocer su producto. También trabajan con firmas e instituciones nacionales y extranjeras en otros aspectos tan importantes como la regulación y propiedad intelectual.
“Sería más fácil conseguir inversiones radicándonos completamente en Estados Unidos, pero nosotros queremos apostar por el conocimiento y el trabajo del país”, aseveró Cassini e indicó que la estrategia de tener presencia física también en el gigante del norte responde a la intención de estar cerca de quienes serán sus primeros clientes. “En Estados Unidos y Europa la gente está más al tanto sobre el daño que causan los colorantes artificiales y está en condiciones de pagar más por algo natural”, explicó.
De hecho, la pandemia aceleró la demanda de productos sustentables, y encontró a las alimenticias sin rápidas respuestas, por lo que se disparó la búsqueda de soluciones alternativas como las de Michroma. “Nosotros apuntamos primero a reemplazar los colorantes naturales que son caros y no muy eficientes, mientras que los nuestros son mucho más estables. Paralelamente trabajaremos para ir escalando la producción y achicando el precio, para poder competir mano a mano con los colorantes artificiales”, planteó. La idea no es vender lo que hacen directamente al público, sino a las alimenticias, para que lo apliquen en sus producciones.
Salchichas, yogures, panificados y hasta alimentos vegetarianos son algunos de los productos en los que primero podrán utilizarse sus colorantes, pero las aplicaciones finales son enormes. En una segunda etapa se avanzará con saborizantes y fragancias.
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