La empresa rosarina Protergium, un desprendimiento de la biotecnológica Terragene, creada por Esteban Lombardía y Adrián Rovetto, viene desarrollando nuevas tecnologías y estrategias sustentables para la estimulación del crecimiento y protección vegetal. En ese sentido, desde sus comienzos, han decidido aplicar técnicas eficaces y respetuosas con el medio ambiente, que contribuyen a impulsar una agricultura sostenible y competitiva.

Al analizar el crecimiento que experimentaron los productos biológicos, Rovetto en una entrevista con Ecos365 en el lanzamiento de Innobio Protergium Terra junto con la multinacional Helm para trigo y cebada, confirmó la adhesión a nivel mundial que tienen esos productos en pos de la sustentabilidad, pero que se aceleró aún más con la preocupación por la falta de fertilizantes derivado de la guerra en Ucrania. Claro que, como en todo negocio, la rentabilidad es clave. También habló de las inversiones que se vienen en la planta de Alvear y nuevos desarrollos.

- ¿Qué análisis hace del mercado y la adopción de esos productos?

- Nosotros estamos viendo que hay países que sorprenden por la velocidad de adopción en productores biológicos. Son los casos de Brasil y Chile, tan solo por nombrar dos. Tengo estudios que muestran un incremento cercano al 20% interanual referido a la adopción de productos biológicos. Considero que la escasez de fertilizantes por la guerra en Ucrania ha tenido que ver en ese crecimiento, entendiendo que los biofertilizantes son una opción muy importante para sustituir el fertilizante químico tradicional.

- ¿Qué características presenta un producto biológico y cuál es su impacto en el sistema?

- El producto biológico no sólo da un efecto de bioestimulación solamente, sino que también da un efecto de biodiversidad del suelo a largo plazo. Y la problemática que estamos teniendo es que el ciclo de los químicos es una retroalimentación donde cada año se necesita fertilizar más y se pierde biodiversidad. Hay estudios que muestran que los suelos son cada vez menos diversos en microorganismos y eso es producto de una agricultura química en donde se está buscando resultado y no se está midiendo el efecto secundario de buscar siempre ese resultado que es el rinde.

- ¿Cuánto incide la presión social que recae sobre los agroquímicos?

- Uno de los objetivos que nos planteamos al fundar Protergium era que no íbamos a comercializar químicos y que los biológicos que comercialicemos debían ser una solución concreta para el productor. Hoy en día, tenemos productos que superan al mejor químico en algunos aspectos porque la biotecnología está a un nivel en donde realmente puede ser competitiva con el químico en cuanto los resultados que produce y a la herramienta que le da al productor. Estamos en el momento para aprovechar eso, para cambiar esa agricultura química que fue muy útil y necesaria durante tantas décadas, pero que hoy se está volviendo dañina para el ecosistema. Por eso, es necesario empezar a desarrollar una agricultura verde, más sustentable y más amigable con el medio ambiente.

Sinergia y potencialidad con “las grandes”

Teniendo en cuenta que Rosario se está convirtiendo en un polo de tecnologías relacionadas al agro, Rovetto destacó el ambiente próspero en el cual se desempeña la empresa. 

El crecimiento de los productos biológicos ha sido tal en los últimos años que, según comentó el biotecnólogo, “hoy en día todas las multinacionales químicas se acercan a probar los productos”, una novedad de la cual muchos no tienen conocimiento. 

- ¿Tienen previstos más acuerdos con multinacionales?

- Con Protergium estamos haciendo asociaciones con multinacionales, como por ejemplo Helm, y en poco tiempo sacaremos al mercado diferentes productos con grandes multinacionales que están buscando convertir su portfolio a uno de bioinsumos. 

- ¿Qué otro desafío tiene en mente Protergium?

-  Hoy Protergium es una compañía independiente de Terragene y tiene una planta que se inaugurará en el segundo semestre del año, con unos casi 5.000 m2 y una capacidad de producción de 50.000 litros mensuales, con un proyecto de escalado de aumento hasta 200.000 mensuales. Eso está muy encaminado.

¿Investigación y desarrollo?

Una perlita que dejó la entrevista con Rovetto está relacionada con el I+D (Investigación y Desarrollo). En ese sentido, contó: “Yo me asombro cuando descubro que muchas compañías del agro llaman I+D al testeo de diferentes productos a campo. Para nosotros eso es identificar una problemática, crear un abanico de soluciones para ello y después hacer biología molecular. Luego de todo un proceso hay que ir a campo a validar la tecnología. Nuestro I+D es más profundo que lo habitual y eso hace que nuestras tecnologías tengan otro nivel de solidez al momento de analizarlas a campo.