Las peleas y cruces constantes entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el kirchnerismo más duro fueron erosionando no sólo su relación sino también su autoridad y su participación dentro de un gabinete de Alberto Fernández ya golpeado. Disputas que se iniciaron casi desde el mismo instante de su inicio de gestión al frente de la cartera económica y que este sábado terminaron con su salida del gobierno.
Desde la rúbrica del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la dirección que adoptó la política económica del Frente de Todos, la feroz batalla por los subsidios y las tarifas, y la resistencia constante de los funcionarios que responden a Cristina Kirchner fueron un permanente desfilatero a caminar por la gestión de Guzmán al frente del Ministerio de Economía.
Las críticas dejaron de ser en privado para ser a cielo abierto, y en un tono cada vez más intenso, que para el ahora ex ministro de Economía le significó todo el tiempo remontar una cuesta la defensa, incluso desde antes de la firma, del programa económica acordado con el FMI. Tras la rúbrica del acuerdo significó la salida de Máximo Kirchner de la jefatura de bloque de Diputados y el punto de inflexión en la relación entre los protagonistas de la coalición de gobierno.
Guzmán convivió, como pudo, con funcionarios bajo su mando -como fue con el área energética de su cartera- que parecían tener más poder incluso que el propio ministro por momentos, ya que cuando intentó despedir a Federico Basualdo, subsecretaría de Energía Eléctrica, no lo logró por el sostén tenía de Cristina. Al punto que hoy Basualdo sigue en su puesto.
La presencia de dirigentes kirchneristas en el área de Energía frenaron todo lo que pudieron a Guzmán en su plan de avanzar en la segmentación de tarifas y así poder desandar el esquema actual de subsidios a las tarifas.
Otra batalla diaria y a micrófono abierto entre Guzmán y el kirchnerismo fue la dirección de la política económica. La puja entre los dos sectores tenía que ver con si el ministro de Economía llevaba adelante, o no, un ajuste del gasto. Cristina Kirchner, en una de sus cartas más recordadas, planteó abiertamente que la gestión de Guzmán estaba basada en un ajuste, lo que intentó ser discutido por el saliente ministro.
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