Silvia Querede y Noelí Gómez son las emprendedoras detrás de Quier, marca rosarina que viene rompiendo parámetros en la confección de indumentaria a partir de procesos sustentables. Con casi quince años en el ámbito de la moda, su propuesta de valor se enfoca en la reutilización de sobrantes textiles y en reducir al máximo posible la generación de desechos.
La dupla se conoció en la Escuela Superior de Diseño, donde Querede era docente y Noelí "su alumna brillante", como destacó la diseñadora. Fue en el año 2008 cuando trascendieron ese vínculo y se convirtieron en socias de este proyecto que logró el Sello del Buen Diseño en 2012 y forma parte del Mapa Nacional de Diseño, una distinguida selección de firmas de todo el país que realizó el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) Textiles.
"Empezamos este recorrido trece años atrás cuando decidimos trabajar juntas en el mundo del diseño y la confección, utilizando textiles que eran descartados. Mi familia en Pergamino tiene una empresa de ropa y nos empezó a proveer de estos desechos que estaban en perfectas condiciones y a partir de los cuales nos lanzamos a crear nuestros diseños", contó Querede a Ecos365.
De esta forma, el proyecto de Quier inició sus pasos insertándose dentro de lo que comúnmente se conoce como economía circular, un modelo de trabajo que busca disminuir el uso de materiales vírgenes, mejorando la vinculación con el medio ambiente a partir de estrategias como el reciclado. Si bien muchas de sus prendas se confeccionan bajo esta impronta, las emprendedoras explicaron que algunas de sus telas deben ser compradas, como por ejemplo, las que son de tipo impermeable.
Otros dos factores que las destacan son el hecho de trabajar con corte láser, una herramienta que reduce insumos en el proceso de confección, y con moldería "zero waste". Esta última les permite aprovechar todos los materiales que intervienen en el armado de la prenda sin originar ningún desperdicio al momento del corte, ya que es en esa fase de la producción donde se encuentra el principal foco de desechos.
"Por la cantidad de curvas que tiene la moldería es usual que haya descartes en la producción por eso el corte láser nos ayuda a optimizar este proceso en donde llegamos a utilizar menos hilo que con un método tradicional. Este servicio es tercerizado a una empresa que trabaja con nosotras a la par", explicó Gómez y aclaró que si bien hay ropa que no es fabricada con este concepto, tratan de que la mayoría lo respete.
Moda sostenible
Una de las premisas de las socias se basa en alargar la vida útil de prendas que generan, lo que, según aseguraron, las lleva día a día a perfeccionar sus técnicas de confección, priorizando la calidad por sobre la cantidad. Gómez destacó que, contrario a la idea del "fast fashion", no produce de forma masiva, sino que cada prenda es elaborada pensando en su usabilidad a largo plazo.
"Dos veces al año organizamos el 'Costurero Quier', donde las personas pueden traer a nuestro estudio aquella ropa que nos compraron hace años y a la que quizás se le falseó el cierre o se le estiró el elástico para que nosotras se la reparemos. De esta forma nos hacemos cargo de nuestra producción y garantizamos que siga en uso", indicó Querede.
Los innovadores diseños de la marca y su alto contenido artístico convocaron a museólogos y a gestores culturales a requerir algunas de sus prendas para la exhibición en diversos museos y muestras. Justamente en este momento, dos ponchos de Quier están siendo exhibidos en la muestra Cauces, ubicada en el Centro Cultural Parque de España, la cual reflexiona en torno a la moda a partir de prácticas que confrontan las corrientes dominantes.
Las emprendedoras también participaron de destacados sucesos de la moda, subiéndose a la pasarela de ediciones como la Bafweek en Buenos Aires, que reúne las tendencias de marcas líderes, diseñadores consagrados y talentos emergentes. "Nuestra presencia en este tipo de eventos nos terminó haciendo más conocidas en Capital Federal que en Rosario", bromearon las diseñadoras.
A su vez, Querede destacó que la sustentabilidad que persiguen no está dada solo en los procesos de confección de su ropa sino también en el plano económico. "Esta es una empresa económicamente sustentable, lo que implica que vivimos de los ingresos que generamos, de las clientas que nos compran día a día, de vender la ropa para que se use y no solo para que quede expuesta en un espacio", señaló la profesional.
Vale destacar que la marca cuenta con revendedores en Buenos Aires y España. También brindan servicios académicos para instituciones, empresas y diseñadores particulares, lo que les permite hacerse de un ingreso extra. "Reflexionamos sobre nuestro trabajo, incluso de forma escrita, lo que nos abrió la puerta a congresos para llevar nuestro saber a nuevos lugares. Buscamos concientizar a las personas sobre la posibilidad de hacer moda desde otro lugar, generar una inquietud como la que nos surgió a nosotras años atrás".
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