Los ataques de pánico, episodios ligados al trastorno de ansiedad, cada vez afectan a más jóvenes de entre 20 y 30 años, grupo etario en el que "mayor incidencia" tienen, según la médica especialista Cynthia Dunovits, quien enfatizó en la importancia de dotar de herramientas desde la psicoeducación a quienes presentan este padecimiento.
El ataque de pánico, explicó la médica, es un episodio abrupto o agudo que dura entre 5 y 10 minutos donde la persona experimenta "una sensación de muerte inminente o falta de control", acompañado de "síntomas físicos de activación, como la sudoración, palpitaciones y transpiración".
Desde el inicio de la pandemia de coronavirus y especialmente una vez retomada la "normalidad", cada vez son más las personas que sufren de estos ataques de pánico, que afecta mayormente a "mujeres y adultos jóvenes de entre 20 y 30 años", según la coordinadora de la unidad de Ansiedad en el departamento de Salud Mental del Hospital de Clínicas.
Que afecte a este grupo etario resulta "especialmente" problemático ya que los ataques de pánico suelen estar seguidos por el desarrollo e instalación de "conductas evitativas", esto es que, cuando la amenaza sobrepasa a una persona, al punto de poder desencadenar un ataque, éste opta por evitar afrontarla.
"Así empiezan a preferir no rendir un examen porque saben que se van a bloquear, no presenciar determinados lugares o abandonar proyectos, en un momento etario en que justamente empiezan a proyectar sus carreras, sus vidas, parejas", explicó Dunovits.
"El desarrollo de conductas evitativas a esta edad resulta un limitante para este grupo etario", agregó.
En ese sentido, la médica resaltó la importancia de la psicoeducación y dotar de herramientas a la persona que padece ataques de pánico para que "tome el control sobre sus síntomas y sobre su cuadro".
"Es importante que les expliquemos qué es lo que le pasa, por qué se dispara y que sepan que, a pesar de lo que piensen (de la idea de muerte o peligro inminente), igualmente no les va a pasar nada y (el episodio) se va a autolimitar en el tiempo", sostuvo.
La psicoeducación, continuó la psiquiatra, es necesaria para que la persona "se sienta con recursos suficientes para afrontar esa amenaza que implica la ansiedad" y que, en siguientes oportunidades, pueda "poner en práctica esos recursos".
"No todo síntoma de ansiedad tiene que derivar en un ataque de pánico en la medida. En la medida que pueda frenar la escalada de síntomas, puede no derivar en un episodio", concluyó.