La enfermedad de Parkinson es un trastorno del cerebro que provoca movimientos involuntarios o incontrolables, como temblores, rigidez y dificultad con el equilibrio y la coordinación.

Por lo general, los síntomas comienzan poco a poco y empeoran con el tiempo. A medida que la enfermedad avanza, las personas pueden tener dificultad para caminar y hablar. También pueden tener cambios mentales y de comportamiento, problemas para dormir, depresión, dificultades de memoria y fatiga.

Si bien cualquier persona podría tener esta enfermedad, algunas investigaciones sugieren que afecta más a hombres que a mujeres. Aún no se sabe por qué, pero se están realizando estudios para comprender los factores que pueden aumentar el riesgo.

Un riesgo evidente es la edad. Aunque la enfermedad de Parkinson se presenta por primera vez después de los 60 años en la mayoría de las personas, la enfermedad se inicia antes de los 50 años en alrededor del 5% al 10%. Esta forma de inicio temprano es hereditaria pero no siempre. También se la ha relacionado con alteraciones específicas en los genes.

¿Qué causa la enfermedad de Parkinson?

Los signos y los síntomas más comunes de la enfermedad de Parkinson ocurren cuando las células nerviosas en los ganglios basales (un área del cerebro que controla el movimiento) se deterioran o mueren. Normalmente, estas células nerviosas, o neuronas, producen una sustancia química cerebral importante llamada dopamina. Cuando las neuronas mueren o se deterioran, producen menos dopamina, lo que provoca los problemas de movimiento asociados con esta enfermedad. Los científicos aún no saben qué causa la muerte de las neuronas.

Las personas con la enfermedad de Parkinson también pierden las terminaciones nerviosas que producen norepinefrina, el principal mensajero químico del sistema nervioso simpático, que controla muchas funciones del cuerpo, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La pérdida de norepinefrina explicaría algunas de las características de la enfermedad de Parkinson no relacionadas con el movimiento, como fatiga, presión arterial irregular, disminución del movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo y baja repentina de la presión arterial cuando una persona se levanta después de estar sentada o acostada.

Muchas de las células cerebrales de las personas con la enfermedad de Parkinson contienen cuerpos de Lewy, que son acumulaciones anormales de la proteína alfa-sinucleína. Los científicos están investigando las funciones normales y anormales de la alfa-sinucleína y su relación con las variantes genéticas que afectan la enfermedad de Parkinson y la demencia con cuerpos de Lewy.

Algunos casos de la enfermedad de Parkinson parecen ser hereditarios (se transmiten por la genética de padres a hijos) e incluso, ciertos casos pueden atribuirse a variantes genéticas específicas. Si bien se cree que la genética desempeña cierto papel en esta enfermedad, la mayoría de los casos no parece ser hereditario. Muchos investigadores ahora estiman “que la enfermedad de Parkinson es causada por una combinación de factores genéticos y ambientales, como la exposición a toxinas".

Síntomas de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson tiene cuatro síntomas principales:

-Temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula o la cabeza.

-Rigidez muscular, donde el músculo permanece contraído durante mucho tiempo.

-Lentitud de movimiento.

-Deterioro del equilibrio y la coordinación, lo que a veces provoca caídas.

Otros síntomas pueden incluir:

-Depresión y otros cambios emocionales.

-Dificultad para tragar, masticar y hablar.

-Problemas urinarios o estreñimiento.

-Problemas de la piel.

Los síntomas y la evolución de la enfermedad de Parkinson difieren de una persona a otra. Los primeros síntomas de esta enfermedad son leves y ocurren poco a poco. Por ejemplo, las personas pueden sentir temblores leves o tener dificultad para levantarse de una silla. También pueden notar que hablan demasiado bajo o que su escritura es lenta y su letra se ve apretada o pequeña.

Los amigos o familiares pueden ser los primeros en observar los cambios en alguien en la etapa inicial de la enfermedad. Ellos pueden ver que el rostro de la persona no muestra expresión y animación, o que la persona no mueve un brazo o una pierna con normalidad.

A menudo, las personas con esta enfermedad desarrollan un modo de andar parkinsoniano que incluye una tendencia a inclinarse hacia adelante; pasos pequeños y rápidos; y movimiento reducido de los brazos. También pueden tener problemas para iniciar o continuar un movimiento.

Por lo general, los síntomas comienzan en un lado del cuerpo o incluso en una extremidad de un lado del cuerpo. A medida que la enfermedad va avanzando, termina afectando a ambos lados. Aun así, es posible que los síntomas sean más graves en un lado que en el otro.

Antes de que la rigidez y temblores aparezcan, muchas personas con enfermedad de Parkinson notan problemas para dormir, estreñimiento, pérdida del olfato y piernas inquietas. Si bien algunos de estos síntomas también pueden ocurrir con el envejecimiento normal, hable con su médico si estos empeoran o comienzan a interferir en la vida diaria.

Cambios en la cognición y la enfermedad de Parkinson

Algunas personas con la enfermedad de Parkinson pueden tener cambios en su función cognitiva, incluyendo problemas con la memoria, la atención y la capacidad para planificar y realizar tareas. El estrés, la depresión y algunos medicamentos también pueden contribuir a estos cambios en la cognición.

A medida que la enfermedad avanza, algunas personas pueden desarrollar demencia y ser diagnosticadas con demencia de Parkinson. Las personas con demencia de Parkinson pueden tener graves problemas de memoria y de pensamiento que afectan la vida diaria.

Diagnóstico de la enfermedad de Parkinson

Actualmente, no existen análisis de sangre u otras pruebas de laboratorio para diagnosticar casos no genéticos de la enfermedad de Parkinson. Por lo general, los médicos diagnostican esta enfermedad al tomar la historia clínica de la persona y al realizar un examen neurológico. Si los síntomas mejoran después de tomar medicamentos, esto es otro indicador de que la persona tiene Parkinson.

Otras condiciones de salud pueden causar síntomas similares a los de la enfermedad de Parkinson. A veces se dice que las personas con síntomas similares al Parkinson pero debidas a otras causas, como la atrofia multisistémica y la demencia con cuerpos de Lewy, tienen parkinsonismo. Si bien inicialmente estos trastornos pueden diagnosticarse erróneamente como enfermedad de Parkinson, ciertas pruebas médicas y la respuesta a los medicamentos, pueden ayudar al diagnóstico. Muchas otras enfermedades tienen características similares, pero necesitan tratamientos diferentes, por lo que es importante obtener un diagnóstico preciso lo antes posible.

Tratamientos para la enfermedad de Parkinson

Aunque no existe una cura para la enfermedad de Parkinson, a menudo, los medicamentos, el tratamiento quirúrgico y otras terapias pueden aliviar algunos síntomas.

Medicamentos para la enfermedad de Parkinson

Los medicamentos pueden ayudar a tratar los síntomas de la enfermedad de Parkinson al:

-Aumentar el nivel de dopamina en el cerebro.

-Influir en otras sustancias químicas del cerebro, como los neurotransmisores, que transfieren información entre las células del cerebro.

-Ayudar a controlar los síntomas no relacionados con el movimiento.

La terapia principal para la enfermedad de Parkinson es la levodopa. Las células nerviosas usan levodopa para producir dopamina y reponer esta sustancia en el cerebro. Por lo general, la levodopa se toma junto con otro medicamento llamado carbidopa. La carbidopa previene o reduce algunos de los efectos secundarios de la levodopa, como náuseas, vómitos, presión arterial baja e intranquilidad, y también disminuye la cantidad de levodopa necesaria para mejorar los síntomas.

Las personas con la enfermedad de Parkinson nunca deben dejar de tomar levodopa sin antes consultar a su médico. Dejar de tomar el medicamento repentinamente puede tener efectos secundarios graves, como no poder moverse o tener dificultad para respirar.

El médico puede recetar otros medicamentos para tratar los síntomas de Parkinson, como:

-Agonistas de dopamina para estimular la producción de dopamina en el cerebro.

-Inhibidores de enzimas (por ejemplo, inhibidores de la MAO-B e inhibidores de la COMT) para aumentar la cantidad de dopamina al demorar las enzimas que descomponen esta sustancia en el cerebro.

-Amantadina para ayudar a reducir los movimientos involuntarios.

-Medicamentos anticolinérgicos para reducir los temblores y la rigidez muscular.

Estimulación cerebral profunda

A quienes los medicamentos no les dan resultado, el médico puede recomendar la estimulación cerebral profunda. Durante este procedimiento quirúrgico, el médico implanta electrodos en una parte del cerebro y los conecta a un pequeño dispositivo eléctrico implantado en el pecho. El dispositivo y los electrodos estimulan áreas específicas del cerebro que controlan el movimiento. Así, se puede tratar sin dolor muchos de los síntomas de la enfermedad de Parkinson relacionados con el movimiento, como temblor, lentitud de movimiento y rigidez*.

 

 

 

*Al autor de la nota, Profesor Guillermo Magi, paciente de Parkinson, le fue realizada la cirugía ECP en el Sanatorio Parque, de la Ciudad de Rosario. El equipo médico está compuesto por los Dres. Pablo Mortarino, Juan Gil, Mauricio Chamorro y participaron en la cirugia los neurólogos María Eugenia Gómez Toledo y Gonzalo Gómez Arévalo (ambos pertenecientes a los equipos de la Fundación Favaloro y en el caso del Dr. Gómez Arévalo lleva el tratamiento de Guillermo desde hace ya ocho años. Es de destacar el nivel y preparación profesional de todos los médicos mencionados.