Recientemente, Unicef reveló que la mitad de los niños y niñas de Argentina viven por debajo de la línea de la pobreza, a la vez que 1,5 millones de niños no cuentan con los recursos para cenar diariamente.

A nivel mundial, sólo cerca de un tercio de los Estados del mundo se encuentra en vías de reducir la mitad del número de niños y niñas afectados por el retraso del crecimiento para 2030.

Por todo ello, subrayaron que la desnutrición infantil es un "problema global", el cual no sólo afecta a los países con menos recursos sino a casi todas las regiones del planeta. En el último informe de cinco organismos especializados de Naciones Unidas en torno al estado de seguridad alimentaria y nutrición en el mundo, se informó que cerca de 733 millones de personas pasaron hambre en 2023, lo que equivale a una de cada 11 personas en el planeta.

Un entorno en conflicto

Además de factores como el cambio climático, la aparición o reaparición de enfermedades endémicas o pandémicas, se suman conflictos como las guerras que hacen que la ayuda humanitaria deba repartirse más, y las poblaciones que dependían de esas ayudas ya no reciben las mismas cantidades para lograr subsistir.

En este aspecto, niños y niñas menores de cinco años son los más vulnerables y esto se visualiza en las tasas de desnutrición.

Desnutrición infantil: los menores de 5 años son los más afectados

La desnutrición es una afección que tiene múltiples causas, no solo se produce por no cubrir las necesidades nutricionales, sino que la puede desencadenar una enfermedad pero también por las dificultades para acceder a la salud como no tener un centro sanitario cerca o que éste no tenga los medicamentos necesarios o que una familia no tenga dinero para pagarlos.

Las enfermedades que van a tener más relación directa con la desnutrición son todas las infecciosas como el sarampión, el dengue o el paludismo, por ejemplo”, afirmaron expertos de la asociación Médicos Sin Fronteras. En este sentido, los menores de cinco años son los más vulnerables y la evidencia muestra que el 50% de mortalidad de menores de esa edad tiene relación con la desnutrición.

“Una herramienta de oro” para la detección

Para medir el grado de desnutrición se utilizan medidas antropométricas, es decir, la talla y el peso del niño. También la cinta métrica para medir el perímetro braquial (PB/MUAC), “una herramienta de oro” porque “es muy sencillo identificar rápidamente a los niños que tienen más riesgo de mortalidad”, según detallaron expertos.

En este aspecto, si se toma el centímetro y se mide la circunferencia del brazo, en caso de obtener una medida de 115 milímetros se concluye que se trata de un caso de malnutrición aguda severa. En estos casos, se debe volver a valorar para conocer si el menor también presenta una complicación médica. En caso de no haberla, se puede tratar ambulatoriamente. Por el contrario, la falta de abordaje a tiempo implica un riesgo real de mortalidad infantil a causa de la desnutrición.

 

Fuente: EFE.