En la audiencia extensa que se desarrolló este martes contra el fiscal Gustavo Ponce Asahad y el empleado judicial Nelson Ugolini se ventilaron algunas evidencias que serán usadas para acusar al ex fiscal regional Patricio Serjal Benincasa de haber "pergeñado un plan criminal para robarle plata" a Leonardo Peiti, imputado como miembro de una banda ligada a Los Monos.
Los fiscales Matías Edery, Gisela Paolicelli, Luis Schiappa Pietra y María Eugenia Iribarren no pudieron incluir al ex jefe de fiscales Patricio Serjal en la audiencia imputativa de este martes. ¿Por qué? Porque hasta el lunes, cuando ya había sido solicitada la audiencia y ya estaba preparada la acusación, Serjal aún era fiscal regional y gozaba de inmunidad. El lunes por la tarde el gobernador Omar Perotti aceptó la presentación de la renuncia del ex fiscal regional sospechado de corrupción.
Para imputar a Ponce Asahad y a Ugolini, los fiscales tuvieron que exponer el sistema de coimas en el que están involucrados. Para eso, expusieron la declaración de Leonardo Peiti –imputado como miembro de una banda dedicada a extorsiones y juego clandestino– con la constatación de los datos declarados. Para eso, se ventilaron evidencias objetivas, como imágenes de las cámaras de videovigilancia públicas y privadas; registros de llamadas; mensajes a través de Whatsapp; y conversaciones telefónicas.
"No va a haber muchos más casos donde la cabeza de la fiscalía regional haya pergeñado un plan criminal para robarle la plata a esta persona (Leonardo Peiti) que estaba floja de papeles", afirmó Schiappa Pietra durante su alocución, en relación al rol de Serjal como garante del sistema de coimas que abonaba Peiti en mano a Ponce Asahad. En promedio, ese dinero era de unos 4 mil dólares mensuales.
Los fiscales tienen el registro de ingreso y egreso de Serjal y Peiti en el mismo hotel Etoile de Buenos Aires donde ocurrió un encuentro el 14 de noviembre del año pasado, como así también una denuncia contra Serjal realizada por el fiscal regional de Venado Tuerto Alejandro Sinopoli ante el fiscal general Jorge Baclini.
Sinopoli, a través de un correo electrónico, le comunica a Baclini que desde la fiscalía regional de Rosario habían filtrado información de una causa que llevaba adelante el fiscal de Melincué Matías Merlo contra una banda dedicada al juego clandestino. Entre las personas investigadas estaba, casualmente, Leonardo Peiti.
Según el fiscal regional de Venado Tuerto, Serjal lo llamó el 8 de diciembre del año pasado y le dijo que en Rosario se tramitaba una causa similar y por el mismo delito contra Peiti. Por ese motivo, Serjal le pidió a Sinopoli intercambiar información para que no se "pisen" las investigaciones. Ese mismo día, el fiscal Gustavo Ponce Asahad llamó al fiscal Matías Merlo para supuestamente "intercambiar información".
El 15 de diciembre, tras los allanamientos ocurridos en Rosario por la causa de Melincué por juego clandestino, Merlo le avisó a su superior (el fiscal regional) Alejandro Sinopoli que se había filtrado información de su causa y que las personas sospechadas sabían que iban a ser allanadas.
En ese marco, Sinopoli relata que el día antes de hablar con el fiscal regional Patricio Serjal había mantenido una comunicación con el ex jefe de la ex Policía de Investigaciones (PDI) Daniel Corbellini para los allanamientos en Rosario. Por eso, se sospecha que hay vinculación entre esa charla y la llamada hecha por Serjal a Sinopoli al día siguiente, donde ya tenía conocimiento de la investigación en curso en Melincué.
Estos elementos, entre otros, son los que pondrán sobre la mesa los fiscales Edery, Paolicelli, Schiappa Pietra e Iribarren para sentar en el banquillo de los acusados a su ex jefe, Patricio Serjal Benincasa.