La pandemia del coronavirus originó historias increíbles, que no hubieran sido imaginadas por los mejores novelistas en muchos casos. Como lo que sucede con el Circo Cristal, que a fines del verano pasaba por la región brindando sus shows, pero quedó detenido en un predio de Villa Gobernador Gálvez. Sin la posibilidad de trabajar con el espectáculo, los payasos, malabaristas, magos, acróbatas y bailarinas no tuvieron más remedio que ponerse a cocinar y ofrecer alimentos en las calles y en los semáforos.
El Circo Cristal consiguió un predio en Villa Gobernador Gálvez, en el que se quedaría un mes con su carpa: Pero los agarró la cuarentena y ya hace cuatro meses que están allí varados. Hasta allí llegó el programa De 12 a 14 (El Tres) este martes, para registrar la particular historia.
Carlos, uno de los principales artistas del circo, relató que “son cuatro meses sin poder trabajar, sin poder mostrar nuestro arte, se nos complica mucho”. Y agregó que “en este momento estamos tratando de subsistir vendiendo churros, tortas fritas, tortas asadas, rosquitas, pan casero, pizzas, empanadas”.
Carlos precisó que “desde muy temprano las chicas empiezan a preparar la masa, a cocinar, y después del almuerzo salimos a caminar para ofrecer los productos”.
Respecto de los artistas del circo, comentó que “hay gente de todo el país. Los dueños son chilenos, está Cristal y mi señora que son de Mar del Plata, Pipi el payaso es de Tucumán. De todos lados”.
Algo similar pasó con el circo de Flavio Mendoza, que estaba armando toda su estructura en Rosario cuando se decretó la cuarentena, el pasado 20 de marzo.
“Nosotros amamos el circo. Hay familias de cuarta, quinta generación de cirqueros. Amamos lo que hacemos y queremos seguir haciéndolo”, confió el hombre con emoción.
Luego señaló que “a las personas que tengan alimentos para ofrecer o un trabajo para darnos, lo vamos a agradecer mucho”.
“A los vecinos ya no les podemos pedir más nada, porque recibimos gran ayuda de todos ellos y están en la misma situación que nosotros. Estamos apelando a las grandes empresas para que nos den una mano en este momento”, afirmó.
Cristal, la bailarina principal del espectáculo, que le da nombre al circo, describió que “cambió toda nuestra rutina; ahora es levantarse temprano y organizar la casa y las cosas que hay que salir a vender”.
“Esto no es lo nuestro, pero la gente de circo está acostumbrada a pelearla”, aseguró.
Cristal confesó que “es triste, es difícil de transitarlo. Lo vemos también en nuestros hijos, que nos preguntan dónde está la carpa, por qué no se están haciendo los shows”.
“Los niños pasan por aquí y miran, preguntan dónde está la Vaca Lola o Spiderman. Es duro escucharlos y no poder hacer nada”, dijo con pesar.
Y cerró: “Estamos en contacto con otros circos del país para buscarle soluciones. Les pedimos a las autoridades que nos ayuden también para empezar a trabajar. Lamentablemente esto está pasando en todos los circos del mundo”.
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