Este sábado se cumplen diez años de uno de los femicidios que conmovió al país: el crimen de Ángeles Rawson. Por el asesinato fue condenado Jorge Mangeri, el portero del edificio donde la víctima vivía con su familia en el barrio porteño de Palermo.
El 10 de junio de 2013 la adolescente fue asesinada en su edificio. Su cuerpo fue hallado al otro día en la planta de tratamiento de residuos de la Ceamse en la localidad bonaerense de José León Suárez. Se trató de uno de los femicidios más conmocionantes de la historia policial argentina.
Por el hecho fue condenado el portero del edificio, Jorge Mangeri, quien cumple una pena de prisión perpetua. Sin embargo, según informó Télam, analiza presentar un "recurso de revisión" de su condena.
Según la resolución a la que accedió el mismo medio, Mangeri (55) hizo una presentación "in pauperis" (escrita a mano desde el penal) bajo el título "Presenta queja por retardo de justicia", en la que exigía al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 de la Capital Federal "contar con copia de la totalidad del material fotográfico y fílmico obrante en la causa N° 29907/2013" (el crimen de Ángeles).
La Justicia probó que a las 9.50 del pasado 10 de junio, según se pudo ver a través de las cámaras de seguridad, la adolescente llegó al edificio de Ravignani 2360 de vuelta de su clase de gimnasia.
Ángeles no entró al departamento de su familia porque en el hall se cruzó con Mangeri.
En 2015 el juicio estableció que el portero se llevó a Rawson a un lugar del edificio, con algún engaño. La fiscalía sostuvo que fueron al sótano; la querella alegó que subieron al octavo piso. Mangeri pretendió abusar sexualmente de la menor, que se resistió, y la estranguló.
Una junta médica concluyó que Ángeles murió estrangulada y sofocada en no más de cinco minutos y que su asesino le fracturó cinco costillas, la clavícula derecha y una vértebra. Aunque no se consumó la violación, la víctima tenía en una de sus rodillas, en la ingle y en la cara interna de los muslos, lesiones paragenitales que probaron que había sufrido un abuso sexual.
La sentencia estableció que el portero, de 45 años en aquel entonces, ató y acondicionó el cadáver de la adolescente dentro de bolsas de residuos para después tirarlo en algún contenedor de basura.
Al día siguiente los restos fueron encontrados en la Ceamse de José León Suárez.
En las primeras instancias investigativas, se sospechó de algún asesino que la interceptó en la calle. Luego de la aparición del video que probaba que había llegado a la casa, la mira se posó sobre el entorno familiar de la víctima, en especial, sobre su padrastro, Sergio Opatowski
Dicha sospecha se mantuvo hasta que la noche del 14 de junio, cuando Mangeri fue llevado a la fiscalía para una declaración testimonial y se autoincriminó ante la la fiscal María Paula Asaro: "Soy el responsable de lo de Ravignani 2360".
Si bien esa confesión no tuvo valor legal, pero la evidencia clave contra Mangeri fue el cotejo de ADN que determinó que debajo de la uña del dedo índice de la mano derecha de Ángeles se hallaba el perfil genético del portero.
En el intento de defenderse, Ángeles rasguñó a su asesino. Asimismo, Mangeri tenía 34 lesiones de las cuales más de 20 eran arañazos que habían sido enmascarados con quemaduras.