Radiópolis (Radio2) no contó este miércoles con la conducción de Roberto Caferra. El periodista fue internado en terapia intensiva del sanatorio Parque ayer, tras pisar una raya en el río, en la zona del Paraná Viejo. Afortunadamente, y gracias a la reacción rápida de su familia que lo trasladó a la ciudad, pudo recibir atención médica y se encuentra muy bien. “Fue el máximo dolor físico que sufrí en mi vida” reveló y brindó detalles de lo sucedido. A fines de noviembre pasado, Rosario3 publicó un informe sobre la presencia de este tipo de pez en las aguas del Paraná.
En este paraíso ayer me topé con una raya. Pase la noche internado en la UTI del Sanatorio Parque. Gracias a todo el personal medico. Al Colo Rainone, a mi familia rescatista y a mis compañeros de @radio2rosario y @sergioroulier por bancar el Radiopolis de hoy pic.twitter.com/haBuesoM3o
— roberto caferra (@robertocaferra) December 11, 2019
En diálogo con el periodista Sergio Roullier, quien estuvo a cargo del programa que se emite de lunes a viernes entre las 6 y las 9, Caferra bromeó en principio sobre su pasión por el río: “Soy un Indiana Jones, un chanta que se hace el aventurero”, se rió. Luego, pasó a contar cómo fue el incidente: “Viste que el río está muy bajo, es la bajante más destacable, y ayer estaba más bajo que de costumbre y hacía mucho calor”, empezó dando un marco “ideal” para el acercamiento de las rayas a las orillas.
El también conductor de “Viceversa” (El Tres), pasaba la tarde con su esposa e hijo, en la zona del Pimpollal. Quiso darse el último chapuzón de la tarde cuando sintió un puntazo en uno de los pies. “Caminé inadecuadamente –no arrastró los pies, tal cual se recomienda para evitar pisar a este tipo de pez que roza la arena–y pisé una raya. Me destrozó el pie y me provocó una herida. Fue el máximo dolor físico que tuve en mi vida, durante tres o cuatro horas hasta que me internaron en terapia intensiva del Parque”, expresó.
“El dolor era tan grande que no me podía mover, pensé que eran palometas. Mi mujer y mi hijo accionaron de rescatistas, me trajeron al sanatorio, llegué casi a los gritos del dolor que sentía”, recordó y agregué: “Tenía el pie tan deformado que los médicos no sabían si había sido una raya o una yarará”.
Caferra fue atendido por el equipo médico que controló la toxicidad causada por la “picadura”. Hoy espera restablecerse del todo aunque sabe que “la cicatriz es para toda la vida”.