Este miércoles, mientras las autoridades del Sanatorio de Niños de Rosario daban una conferencia de prensa sobre el trasplante de hígado que había recibido un chiquito de 8 años por un cuadro de hepatitis severa de origen desconocido hasta el momento, los movileros notaron que una mujer escuchaba entre lágrimas y sonrisas. Preguntaron si conocía a la familia y la respuesta fue sorpresiva: "Sí, yo soy la mamá", contestó con emoción. Y ahí comenzó el relato de la mujer sobre este momento, el más crucial de su vida.
Vanesa tiene 38 años y la semana pasada fue junto con su esposo al Sanatorio de Niños porque su pequeño de 8 años no estaba bien. Las cosas se fueron complicando y el chiquito terminó en terapia intensiva, en emergencia nacional y finalmente trasplantado.
"Lo vi anoche y estaba bien, ahora vengo a ver el parte médico de las 11", detalló la mujer, muy emocionada, pero visiblemente aliviada, en contacto con el periodista Fernando Carrafiello, en el móvil de Radio 2.
"Ahora estoy tranquila, estoy muy tranquila. Si vos me hubieses preguntado antes de ayer, estaba destrozada. Pero ahora estoy muy muy tranquila", confió.
"Sinceramente yo tenía miedo de que mi hijo hubiera entrado en lista de espera para el trasplante, porque ahí los órganos generalmente no llegan", señaló Vanesa.
Luego contó que toda la familia se estaba haciendo estudios para saber si podían donar el hígado: "Mi esposo se había hecho los estudios para donar y no podía porque tiene hígado graso. Mi sobrino tampoco porque tiene una arteria dentro del hígado. Y cuando se estaban haciendo los análisis las tías de mi hijo, apareció esta posibilidad. Fue un milagro", dijo.
También contó cómo fue el momento en que se enteró de que había un donante para su hijo: "Salió en todos los medios y yo la verdad no me quería hacer ilusiones, hasta que me llamaron los médicos y me vine volando al sanatorio", relató.
Acerca de cómo fue llevando el pequeño esta situación, describió con emoción: "Estaba asustado. Me decía «mamá no te vayas porque tengo miedo»".
Y comentó: "Cuando vi el helicóptero me dio una emoción tremenda".
"Te destruye. Porque no sabés qué pasa. Yo fui al sanatorio de Niños por este problema, después nos pasaron a sala y después a terapia. No entendíamos nada, es como que te vas destruyendo por dentro, porque es una cosa que no esperás, yo pensaba que era una hepatitis común. Gracias a Dios salió todo bien", finalizó.
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