El presidente de Irán, Ebrahim Raisi murió el domingo por la mañana luego de que el helicóptero en el que se trasladaba sufriera un accidente y terminara precipitándose contra el piso. Los restos de la aeronave cayeron en una zona de difícil acceso, lo que demandó un operativo especial para poder llegar a la zona.
Junto a Raisi, a bordo del helicóptero también viajaban su ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, el gobernador de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati, otros funcionarios y el ayatolá Al-Hashemi, Imam de la mezquita de Tabriz, según detalló la agencia estatal de noticias IRNA..
La aeronave que se estrelló era un Bell 212 que formaba parte de un convoy de tres helicópteros. En los primeros minutos del siniestro, el ministro del Interior, Ahmed Vahidi, sostuvo que el vehículo en el que se desplazaba Raisi había sufrido un “aterrizaje brutal”, mientras que las otras dos pudieron hacerlo sin problemas.
Una vez conocida la muerte del presidente, el régimen iraní organizó una reunión de emergencia presidida por el vicepresidente, Mohammad Mokhber, quien asumirá las funciones de presidente hasta la celebración de elecciones en un plazo de unos 50 días.
Raisi había estado en la frontera con Azerbaiyán el domingo temprano para inaugurar una presa con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev. La visita se produjo a pesar de las frías relaciones entre las dos naciones, incluido el ataque con armas de fuego a la embajada de Azerbaiyán en Teherán en 2023, y las relaciones diplomáticas de Azerbaiyán con Israel, que la teocracia chiíta de Irán considera su principal enemigo en la región.