Luego de la grave denuncia contra Gerardo Romano, acusado por una excompañera de elenco, de abuso sexual, el actor salió a defenderse públicamente: “No soy un violín ni un acosador”, dijo. En una entrevista, Paula Di Chello, aseguró que él la empujó contra una pared, la besó y le dejó sangrando el labio durante la grabación de una escena de Se dice amor, en Telefe, Además, indicó que nada de lo descrito estaba apuntado en el libreto.

Me enteré de lo que dijo. Me parecen inexactas las cosas que plantea. No la conozco a la chica, o no la recuerdo... que es lo mismo. Ella dice dos cosas: que había una especie de acoso o de hostigamiento, que la corría por los pasillos. Yo me hice actor porque soy tímido, soy retraído. Además, me pesa decirlo, fui un tipo muy seductor, con mucha prensa, decían que era un sex symbol, cosas por el estilo. Yo no perseguí nunca a nadie por ningún pasillo, por personalidad y por cómo me iba. Me han perseguido, sí”, dijo el protagonista de Un judío común y corriente en América.

En cuanto a la escena en cuestión, planteó que era parte de la telenovela: “Esa escena no tiene nada de ilícito. Yo hacía de un hijo de puta, un acosador violento, un violador. Y tenía que hacer eso. Hay uno que hace de bueno, uno que hace de malo. Yo hacía de malo. Que no haga interpretaciones”, dijo Romano para darle contexto.

“No soy un violín, no soy un violador, ni un acosador. Tengo 76 años, no tengo nada en el prontuario, en ningún lado, no tengo una denuncia de nada a lo largo de 50 años de carrera. No sé quién es esta chica, que busca fama y que no le ha ido muy bien, porque yo no la he visto trabajar en ningún lado. Además, me gustan las mujeres que me gustan. En general coinciden con un canon de belleza que ella no posee. Y además, porque tengo ética. No violaría por ética, porque sería avasallar los derechos de otra persona”, se defendió el actor de El Marginal.

“¿Analizaste una denuncia judicial?”, le planteó el cronista. “No, porque no debe tener un mango. Y no voy a perder tiempo, con la edad que tengo y con lo que me queda en el carretel. No quiero que me pase como a Lito Cruz, ni como a Federico Luppi. Quiero que mis hijos tengan de mi la imagen que tienen”, contestó Romano.

Y cerró con un mensaje polémico para di Chello: “Si consigue laburo con esto, bienvenido sea. Que le den una mano. Yo nunca tuve que calumniar a nadie gratuitamente. Además, ¿15 años después? ¿Qué síndrome es ese?”.