Son apenas las 10 de la mañana de este lunes y Julia ya está del otro lado del río. Pisa la tierra seca de cenizas, en Boca de la Milonga, donde hace algunas horas le vio la cara al fuego que ardió voraz e insaciable tragando casas y pastos, metiendo miedo. No es brigadista ni habitante del lugar. Es voluntaria de la Multisectorial Humedales y como muchos otros colaboradores le hizo frente a un incendio feroz que todavía hoy humea como un gigante dormido.
“Hoy la humedad y el cambio del viento hace que esté tranquilo, vemos un foco al norte a unos mil metros pero si cambian las condiciones puede encenderse otra vez”, dijo esta mañana a Rosario3. En medio de la “tensa calma” de hoy, recordó las horas pasadas: “Vinimos en lanchas algunos, otros en sus kayaks, otros en auto y después caminando, estuvimos apagando el fuego, salvamos 4 o 5 ranchos, apagamos haciendo pozos con palas, llevando agua en baldes y botellas que sacamos de una sola bomba”, precisó. “El fuego era inmenso, fue pelear contra una monstruo con baldecitos”, manifestó.
Julia contó que no contaron con la asistencia del Estado. “Anoche se quedaron algunos compañeros a hacer una guardia, incluso cuando parecía tranquilo, se prendió una casa y hubo que evacuar a 30 personas y no fue nadie tampoco”, lamentó.
“Ayer llamamos a Prefectura Rosario y nos dijeron que llamemos a Prefectura de Entre Ríos y ellos nos mandaron a que llamemos a los de Rosario y así. Después mientras estábamos apagando el fuego pasó Prefectura y nos dijeron que no podían hacer nada, ni siquiera evacuar”, denunció.
Hoy, mientras la tierra tose los residuos de las quemas de ayer, la voluntaria advirtió: “Estamos acá pero esperamos una ayuda, si se prende todo va a ser muy complicado con tan pocos elementos. Pedimos que envíen bomberos que tengan las herramientas para apagar el fuego”, dijo y concluyó: “Somos voluntarios, no tenemos conocimientos ni herramientas. Pudimos salvar algunas casas pero si sigue avanzando va a ser muy difícil”.
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