Muchas veces acudir a clases y estudiar al máximo no resulta suficiente para aprender y aprobar una materia. Si un alumno necesita refuerzo en una asignatura, difícilmente se puede encontrar la solución en el colegio, y ante eso, muchos padres optan por buscar un profesor particular.
A la hora de elegir un maestro particular, hay que pensar en aquel que pueda sacar lo mejor del chico para avanzar en esa materia que le cuesta, sin sobrecargarlo con un exceso de trabajo escolar. Los niños, además de ser responsables con sus tareas educativas, necesitan jugar y moverse libremente, ya que todo ello forma parte de su aprendizaje, según consignó el sitio Cosas de Educación.
Antes que llamar a una persona externa, los padres deben valorar si ellos mismos o algún familiar cercano como primos o hermanos pueden tomar la tarea de dar estas clases de refuerzo. Una persona cercana hará que el estudiante se sienta más cómodo, tenga más confianza y le resulten más llevaderas las clases particulares. Aunque siempre habrá que dejar claro que ambos tienen que responsabilizarse y no convertir el tiempo de estudio en un tiempo de juego.
Sin embargo cuando las asignaturas sean más complicadas, es muy probable que entonces sí se requiera de un profesor particular, o bien llevarlo a clases de refuerzo en algún instituto. La primera opción suele ser más efectiva, ya que la atención del profesor irá dirigida únicamente al chico que estará mucho más controlado, por lo que el riesgo de perder la concentración será mucho menor. Además un profesor particular inculcará hábitos de estudio en el niño que seguramente le servirán durante toda su vida como estudiante.
A la hora de contratar al profesor particular, debemos tener en cuenta varios factores:
- Titulación del profesor: es fundamental asegurarse que el profesor que va a dar clases al chico tenga la titulación adecuada. Evidentemente esta titulación dependerá del curso en que esté el alumno, no es lo mismo que esté en primaria que entrando en la universidad, pero sí hay que asegurarse de los estudios que tenga el profesor para tener la certeza que es una persona adecuada.
- Reputación: considerar sus referencias y conocer las opiniones de otras familias a las que el profesor haya ayudado con anterioridad.
- Horario: lo más recomendable es que las clases sean entre semana y por la tarde lo más pronto posible, así el niño podrá disponer del resto de la tarde para organizarse como mejor le convenga.
- Personalidad del profesor: es seguramente lo más difícil de evaluar de entrada, aún así es importante determinar que el profesor tenga empatía y sepa motivar al alumno, para que pueda ilusionarle e implicarle en el aprendizaje.
- Opinión del chico: los padres deben preguntarle a su hijo qué le parece el profesor, si está contento con él y corroborar si se le ve motivado. El aprendizaje debe ser una aventura y no una tortura, para que tenga éxito es fundamental que el chico no vea las clases particulares como un castigo o una experiencia negativa, ya que sólo así podrá aprovechar de verdad este apoyo extra.