Musimundo confirmó que volverá a ocupar el gran local de Sarmiento y Córdoba, que había dejado Borsalino. Cetrogar hará lo propio con el de Córdoba entre Sarmiento y Mitre, mientras que en la intersección de esa peatonal y la de San Martín desembarca la firma de juegos Fun Park, que ya se había quedado con el ex Bowling 10. Las grandes cadenas ya se repartieron los espacios más grandes y mejor ubicados, pero los comerciantes locales de menor porte recuperaron terreno en calles transversales y en galerías. La reactivación ya es un hecho en el centro rosarino, que hasta hace un año lucía casi desierto.

La mejora de los indicadores sanitarios, el avance de la vacunación y la flexibilización de las medidas sirvieron para descomprimir lo que fue una crítica situación del sector comercial, pero a su vez, las obras de remodelación encaradas por el municipio, la vuelta de planes de financiamiento y cierta recuperación del empleo sirvieron para cambiar el ánimo de los empresarios que volvieron a apostar por nuevas bocas.

A esto también contribuyó la baja en las pretensiones de los propietarios que alquilan sus espacios. En diálogo con Ecos365, referentes inmobiliarios y comerciales de la zona analizaron la situación y anticiparon que en octubre se podrían superar los registros de ocupación de la prepandemia.

En los primeros 8 meses del año se acumuló una suba del 13,7 por ciento en las ventas si se compara con enero-agosto del 2020, según la Asociación Empresaria de Rosario.

Más barato que en algunos barrios

“Entre fines del año pasado y comienzos de este, se frenó el cierre de locales, y a partir de marzo y abril comenzó a recuperarse el mercado con la llegada de nuevos jugadores”, manifestó José Ellena, un referente ineludible del sector inmobiliario de la ciudad. Añadió que locales chicos y medianos hoy están siendo muy demandados, mientras que con los grandes el tiempo de espera para encontrarles inquilinos es mayor. “Tenemos algunos de hasta tres plantas y quienes preguntan sólo son dependencias oficiales”, admitió respecto a estos últimos.

Así y todo, valoró que la recuperación se esté visibilizando en todas las calles del centro, no sólo en las principales, y le encontró una explicación. “Antes para muchos comerciantes llegar al centro era inaccesible por los costos. Pero con la gran oferta de inmuebles que había hasta hace poco, los valores se han acomodado y hoy un buen local céntrico puede costar menos que uno de las mismas condiciones en un barrio como Echesortu”, indicó Ellena a Ecos365.

Un ejemplo de ello es que después de más de dos años, se ocupó el importante local de España al 700 donde durante mucho tiempo funcionó la tienda multimarca de calzado e indumentaria deportiva Citadium. Ahora allí abrió un emprendimiento gastronómico llamado Constanza Coffee. “Ocurrió que muchos dueños se cansaron de tener el local vacío, con los gastos que eso implica, y ante la aparición de una propuesta más o menos seria, se aceleraron los acuerdos”, coincidió Andrés Gariboldi, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario (COCIR).

“Los dueños bajaron un poco las pretensiones, porque en las peatonales se estilaba a cobrar a valor dólar, pero ante las grandes dificultades de cerrar en esa moneda, ahora se cobra en pesos a la cotización del dólar oficial”, opinó por su parte Fabio Acosta, presidente de la Asociación del Casco Histórico de Rosario. Entre los rubros que más crecieron se encuentran el textil, consumo masivo, servicios y electro/computación.

Lo que resaltaron los entrevistados es que a la actitud más conciliadora de propietarios y el mayor impulso de los comerciantes, se sumó un cambio de perspectiva y sobre todo de ánimo de todos. En esto mucho tiene que ver la iniciativa municipal con obras y eventos.

Cambio de ánimos

“La Noche de las Peatonales sirvió para revivir el centro y recuperar la nocturnidad perdida. Con algunos ajustes, creemos que se puede convertir una festividad para sacarle mucho más provecho”, sostuvo Acosta. Entre las cuestiones que se piensan revisar para próximas ediciones se incluye un refuerzo de la pata gastronómica (el sábado en el que se realizó, muchos bares, restaurantes y food trucks que participaron se quedaron sin platos ni vajilla), más cantidad de días y calles incluidas (se planteó convertirla en la “La Noche del Centro”), coordinar mejor con el transporte público para garantizar una adecuada flota de taxis y colectivos, y sobre todo, sumar la Billetera Santa Fe.

Desde que se popularizó este medio de pago, en el área central hay más movimiento de lunes a miércoles (días en los que funciona el reintegro para productos no masivos) que los fines de semana, aseguran los propios vendedores.

A esta movida se suma una obra largamente esperada por todos como es la remodelación de la peatonal San Martín, que comprende la renovación completa de los solados de la peatonal, entre Rioja y Mendoza, reemplazo de baldosas por adoquines de hormigón intertrabado, nuevas cazuelas de árboles, canteros, bancos y renovados cestos de acero inoxidable. Se coordinó con los comerciantes para que las obras afecten lo menos posible el frente de los locales y se interrumpan en la cercanía a las fiestas para facilitar el paseo y las compras.

Además, se dará nuevo impulso al proyecto de extender la peatonal hasta San Lorenzo.

Tampoco pasó desapercibida la propuesta de intervenir la plaza Montenegro y abrir el juego a la llegada de relevantes actores gastronómicos, con el fin de empezar a cumplir con parte del plan oficial de devolverle vitalidad a esta zona, que en horario de cierre comercial, se convierte en territorio inhóspito.

Estas señales fueron percibidas por inversores que hasta no hace mucho rehuían del centro. “Estamos recibiendo un número importante de consultas a nivel comercial. Se nota otro ánimo, hay ganas de invertir en un negocio, y de crecer con nuevas bocas en el caso de los que ya están instalados”, señaló Gariboldi.

“Nosotros vemos una reactivación en todo el centro, empezando por la zona de Córdoba desde Paraguay hasta Sarmiento, pero también en calle San Luis, el Paseo del Siglo, e incluso peatonal San Martín”, expresó Nelson Graells, reconocido empresario del rubro textil y referente de Amigos de Peatonal Córdoba.

“En cuanto a los niveles, pensamos que en octubre superaremos a 2019, es decir a la prepandemia, y nos acercarnos a 2018, que fue un mejor año”, añadió. Por su parte, Acosta apuntó que también se destaca una ocupación creciente de locales en las galerías. “Algunas que el año pasado tenían diez espacios vacíos, hoy están completas y si se sostiene este ritmo, a fin de año va a haber lista de espera para ingresar”, avisó.

Lo que falta

Si bien el repunte está a la vista, hace falta consolidarlo. “La evolución del panorama político económico, será clave porque hoy abrir un local, más allá de una decisión económica inmediata, es una apuesta a futuro, a proyectarse a dos o tres años, y para eso hay que evaluar la situación general”, manifestó Ellena.

A esto también se añade la necesidad de hacer frente a un problema acuciante en toda la ciudad, como es la inseguridad. Quienes trabajan en el centro reconocen que de día se nota una mayor presencia policial, que permitió reducir los frecuentes arrebatos y los ataques de mecheras, sin embargo advierten que de noche los delincuentes se multiplican.

En las últimas semanas se han producido una serie de escruches, robos por lo que pidieron que también después de las 19 haya patrullaje. Una alternativa, presentada hace tiempo, consiste en la instalación de algún destacamento policial en las principales plazas que sirva para disuadir a los delincuentes, pero hasta ahora no han obtenido respuestas favorables.

Más allá de estas cuestiones coyunturales, lo que requiere el centro es un cambio de fondo, para que su suerte no siga atada a las cada vez más reiteradas crisis económicas, y sea más sostenible.

En este sentido, el plan de reconversión presentado por el municipio para promover la construcción de viviendas y el regreso de la gastronomía en la zona sigue trabado en el Concejo Municipal, y las principales críticas apuntan a que no otorga los suficientes incentivos para justificar los enormes desembolsos que los inversores deberían concretar.