Las cámaras que agrupan a los distintos eslabones de la cadena metalúrgica elaboraron un informe en el que se advierten riesgos de “desindustrialización, menos empresas y menos empleos” si no se toman “medidas urgentes”.
El primer punto que marcan los empresarios es la carga impositiva. El documento dice que en Argentina es el doble que en competidores como Brasil y México. Detalla que los productos metalúrgicos soportan en promedio un 32% de impuestos sobre el precio en puerta de fábrica (sin IVA).
Definen como “compleja” a la estructura tributaria, a la que asignan más de 155 impuestos y tasas. Explican que más de un tercio de ellos están dentro de los denominados “distorsivos” porque se acumulan en la cadena de valor: débitos y créditos, ingresos brutos, tasas municipales y sellos, entre otros.
El documento de cincuenta páginas diagnostica una sostenida pérdida de competitividad, dificultades por los altos impuestos y fallas en la secuencia de apertura comercial.
Las preocupaciones no se agotan en la cuestión impositiva. El trabajo también señala problemas con los costos laborales no salariales, la falta de acceso al crédito y los costos logísticos que según señalan están entre los más altos de la región y “le han quitado dinamismo a un sector privado que puertas adentro de la fábrica tiene calidad y procesos de nivel mundial”.
Pedidos concretos
El documento elaborado por los equipos técnicos de distintas cámaras que representan al sector metalúrgico reconoce que “una macroeconomía ordenada es la base para devolverle competitividad a las empresas”. Pero señala que se necesitan políticas micro, como el reciente anuncio de un proyecto de Ley Pyme y que “la agenda que permitirá generar un verdadero entorno competitivo consta en bajar la carga impositiva, el costo laboral no salarial, potenciar el financiamiento al sector privado y reducir los costos logísticos”.
Por eso en un contexto en donde “las principales economías del mundo están intensificando su estrategia de política industrial con incentivos y financiamiento al sector privado local e incorporando medidas de defensa comercial (dumpings, salvaguardas)”, los industriales piden “trabajar primero en estos factores para una secuencia de integración inteligente al mundo”.
Los empresarios estiman que el sector metalúrgico en su conjunto podría sumar unos u$s7.400 millones anuales como aliado de sectores como el petróleo y gas, la energía renovable, la forestoindustria y la minería. Catalogan como falsas antinomias a la competencia entre campo e industria, integración al mundo o sustitución de importaciones, exportaciones y mercado interno.
Por último, las entidades piden diálogo con el Gobierno nacional y las administraciones provinciales y municipales para ajustar la presión tributaria “con la misma agilidad con la que buscamos integrarnos al mundo”.
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