Al menos tres jugadores de Philadelphia Eagles, el equipo de fútbol americano que ganó el Super Bowl el domingo pasado al vencer a los New England Patriots, anunciaron que no acudirán al encuentro con el presidente Donald Trump.

Es una tradición en los Estados Unidos que el primer mandatario reciba en la Casa Blanca a los campeones de las diversas competencias profesionales.

Sin embargo, esta cita tiene un antecedente complejo y es que durante el año pasado hubo protestas anti racistas contra Trump y la violencia policial contra integrantes de la comunidad negra, a la que se sumaron viarios jugadores de la liga de fútbol americano. Hasta Manu Ginóbili, desde la NBA, apoyó esas manifestaciones.

Durante el himno norteamericano y en la previa de los partidos, distintos jugadores comenzaron a arrodillarse en el campo de juego. El presidente comenzó a pedir sanciones para ellos y que los despidieran. Allí se desató una “guerra” de la NFL.

"Ellos (en referencia a la administración Trump) dicen que es una protesta al himno. Nosotros no estamos protestando contra el himno. Estamos protestando durante el himno, en contra de la discriminación. Estamos muy informados sobre lo que ocurre y tratamos de educarnos. Ves a Trump tuitear algo y no sabés qué pensar", explicó Torrey Smith, uno de los receptores más importantes que tiene Philadelphia.

Fue quien más argumentos dio para rechazar la invitación del presidente de los Estados Unidos. Los otros dos jugadores que ya anunciaron que no irán son Malcolm Jenkins y Chris Long. El primero es el capitán de la defensa. El segundo es uno de los más veteranos del equipo, informó La Nación.

"Personalmente, no asistiré a esa cita", señaló Jenkins, uno de los más activistas y abiertamente opositor de Trump. Forma parte de un grupo de jugadores que constantemente se reúnen con los dueños de las franquicias y líderes sociales para tratar de combatir y erradicar la discriminación racial en el deporte.

Chris Long es otro que rechazó la invitación. Lo hizo desde antes de que se jugara la final, y es la segunda vez consecutiva que lo hace. El defensor jugó el año pasado (y ganó) con los Patriots. No fue a la Casa Blanca. Tampoco lo hará en este 2018. "No, no iré. ¿Estás bromeando?", contestó.

Hay otro jugador que todavía no confirmó su presencia, pero probablemente no lo haga. Se trata del corredor LeGarrette Blount, quien también fue campeón el año pasado en los Patriots y rechazó la visita a la Casa Blanca. "No me siento bienvenido", dijo el año pasado.