El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania está en pleno proceso y en diversos ámbitos europeos comenzaron las repercusiones. El fútbol fue uno de los primeros en pronunciarse. Al margen del repudio generalizado, clubes y autoridades gubernamentales empezaron a tomar decisiones en respuesta al ataque ruso.
Por un lado, Manchester United canceló un contrato millonario con una empresa rusa; por el otro, miembros del Gobierno británico deslizaron que le impedirán a Roman Abramovich, dueño del Chelsea y hombre cercano a Putin, pisar nuevamente el país.
Tal como se venía barajando en las últimas horas, la UEFA confirmó la mudanza de la sede de la final de la actual edición de la Champions League que se iba a disputar en San Petersburgo para París. El duelo decisivo que estaba programado para el 28 de mayo en el estadio Gazprom Arena se celebrará en la misma fecha en el Stade de France.
Manchester United rompió un acuerdo de patrocinio válido por 40 millones de libras esterlinas (más de 53 millones de dólares) con la aerolínea rusa Aeroflot, tras la invasión de las tropas enviadas por Putin a suelo ucraniano. La compañía moscovita, la más importante de su país y con vuelos a 146 destinos en 52 países, había formado un lazo con el United desde 2013.
Por su parte, Schalke 04 de la Bundesliga alemana, a través de su cuenta oficial en Twitter, confirmó que retirará a su principal patrocinador de la camiseta: “Con vistas a los acontecimientos, desarrollo y escalada de los últimos días: #S04 saca la rotulación de Gazprom de las camisetas”, indicó el escueto comunicado.
¿Qué sucederá con los repechajes mundialistas en Europa en los que competirán Rusia y Ucrania? Rusia debería acoger a Polonia el 24 de marzo en Moscú, por las semifinales de su cuadro de repesca. Si los rusos superan esa ronda, tendrían que recibir el 29 de marzo al ganador de la otra semifinal, Suecia o República Checa. La federación polaca, unida a la sueca y la checa (potenciales rivales de Rusia) emitió un comunicado en el que expresaron una posición firme: “Los partidos de repesca para la Copa del Mundo en Qatar no deben celebrarse en la Federación Rusa. Los firmantes de este llamamiento no tienen en cuenta el viaje a Rusia y la disputa de partidos de fútbol allí. La escalada militar que estamos observando está asociada a graves consecuencias y una importante reducción del nivel de seguridad de nuestras representaciones y delegaciones oficiales. Por lo tanto, esperamos una respuesta inmediata de la FIFA y la UEFA y la presentación de soluciones alternativas para los próximos partidos”.
Gazprom es la compañía más grande de Rusia que en los últimos tiempos se vinculó de manera muy activa con el fútbol en Europa. Es una empresa gasística fundada en 1989 durante el periodo soviético y que actualmente está bajo el control del Estado ruso que dirige Vladimir Putin.
En otro orden, la Fórmula 1 cuenta en su calendario con una parada en el circuito de Sochi programada entre el 23 y 25 de septiembre. Sin embargo, el desarrollo del decimoséptimo Gran Premio en Rusia ahora está en el foco del debate.
Sobre ello habló el experimentado piloto alemán Sebastian Vettel, quien se mostró muy firme en su decisión de no participar de ese evento sea cual sea la decisión que tome la FIA.
“Si miras el calendario, tenemos una carrera programada en Rusia. Para mí, mi propia opinión es que no debería ir. Creo que está mal correr en ese país. Lo siento por la gente, por la gente inocente que está perdiendo la vida, que está siendo asesinada por razones estúpidas bajo un liderazgo muy extraño y loco”, dijo el cuatro veces campeón de la F1.
Además, el ministerio polaco de Deportes, sugirió también la retirada a Rusia de la organización del Mundial de voleibol masculino, que comienza el 26 de agosto.
La Euroliga de básquet anunció la suspensión de tres partidos con equipos rusos en su 27ª jornada, Zenit-Barcelona, Baskonia-Unics Kazán y Bayern Múnich-CSKA Moscú.
Jugar en Ucrania parece aún más complicado. La Federación Europea de Handball (EHF) decidió relocalizar o aplazar los partidos que debían disputarse sobre suelo ucraniano las cuatro próximas semanas.