Por la primera fecha de la Liga Profesional 2022, este lunes Rosario Central empató 0-0 contra Lanús en el Gigante de Arroyito. El equipo de Leandro Somoza tuvo una floja primera mitad y después logró emparejar el trámite, pero la expulsión infantil de Marcelo Benítez apenas iniciado el complemento le complicó los planes. Por cómo se dio el encuentro, el punto conseguido adquiere cierto valor. 

El Canalla repitió errores del semestre anterior y atravesó un par de sobresaltos en el comienzo del partido que encendieron las luces de alarma. Lucas Varaldo estrelló un tiro en el palo y después el arquero Gaspar Servio respondió de gran manera ante un remate de Ángel González para mantener el cero. 

Lanús encontró espacios y facilidades al atacar por el lateral izquierdo auriazul, pero con el correr de los minutos, luego del sofocón, el equipo de Somoza equilibró las acciones, corrigió los desajustes y consiguió empezar a manejar un poco más la pelota

Así, el Granate perdió peso en ataque y Central dispuso de algunas aproximaciones en las que pudo lastimar, sobre todo a partir de remates de media distancia, aunque no estuvo fino en la estocada final.

Pupi Ferreyra tuvo una chance clara, tras una muy buena apilada individual entrando al área, aunque su remate fue suave a las manos del arquero rival, y Walter Montoya probó desde afuera, sin puntería. Lo importante para el equipo canalla fue no irse al descanso en desventaja, luego de esos primeros momentos de desconcierto. 

Sin embargo, la ilusión por la leve mejoría mostrada hacia el final de la primera etapa se desplomó en los minutos iniciales del complemento por la infantil expulsión de Marcelo Benítez: el volante se trenzó con Matías Pérez al borde del lateral y le terminó pegando con los tapones en la zona abdominal. El VAR se lo marcó al árbitro Dóvalo, que tras ver la jugada varias veces le mostró la roja.

No obstante, pese a quedarse con uno menos cuando todavía quedaba mucho partido por delante, Central logró adaptarse a la desventaja numérica con mucho oficio y a Lanús le costó horrores hacer valer esa diferencia, al punto de prácticamente no llegar con claridad hasta el arco de Servio.

Paradójicamente, además de resistir en bloque con mucha disciplina, el Canalla sacó fuerzas para contragolpear y hasta terminó atacando con más profundidad que cuando estaban once contra once, frente a un rival que también le dejaba más espacios. 

De esa forma merodeó unas cuantas veces el arquero defendido por Fernando Monetti, pero no pudo concretar el pase final.

Pupi Ferreyra mostró algo de rebeldía a partir de su desequilibrio individual. (FotoBaires)

Entre la timidez del Granate y el poco peso ofensivo del Canalla, el partido se terminó diluyendo en un empate con sabor agridulce para el equipo auriazul.

Porque Central quería comenzar el campeonato con una victoria ante su gente. En igualdad numérica tuvo un rendimiento mediocre, pero cuando se quedó con uno menos sacó fuerzas para resistir y hasta se animó a contragolpear. Por eso, sobre todo teniendo en cuenta que debió lidiar con jugar mucho tiempo con uno menos, el empate adquiere cierto valor

Un punto al que los canallas se terminaron abrazando más por resignación que por elección, frente a la adversidad y enredado entre las carencias propias.

Resumen del partido