Otro clásico que gana Rosario Central, otro encuentro -el más importante del año- que pierde Newell's. Jugado muy feo, trabado, con pocas ganas de brindar un buen espectáculo deportivo, presionados por la idea clara de no perder y corridos del eje en la ambición de ganar.
Son partidos aparte, distintos, donde si hay alguien que sabe cómo jugarlos es Miguel Ángel Russo, quien llegó a los 12 cotejos sin derrotas, de los cuales siete fueron triunfos y en los últimos cinco no le anotaron goles. Las estadísticas son implacables. Construyó un buen plantel con jugadores titulares casi indiscutidos pero con refuerzos que garantizan el recambio y eso tiene que ver con la mirada del conductor, pero sobre todas las cosas, con la dirigencia en conjunto con el manager Federico Lussenhoff.
Mauricio Larriera en poco tiempo armó un buen equipo, un buen 11 pero Ignacio Astore y el manager Ariel Michaloutsos no pudieron traerle jugadores para poder tener un buen banco de relevos que esté a altura del equipo conformado por el DT uruguayo. Ever Banega fue la gran incorporación, una estrella en el fútbol argentino; pero quedó evidenciado que no alcanza.
Tres derrotas seguidas de Newell's -Racing, Estudiantes y Central- con siete goles en contra. Muchas para un torneo corto como será esta Copa de la Liga. Habrá que comenzar de nuevo, resetearse y acordarse de lo realizado en las primeras jornadas para no quedar alejado de los puestos de arriba e intentar clasificar para la próxima ronda.
El próximo domingo frente a San Lorenzo, La Lepra, nuevamente en su casa, tendrá la ocasión de reivindicarse y tendrá que hacerlo rápidamente para tranquilidad de la gente y sobre todo del presidente que es el gran responsable.