Ossa. Así se llama la cooperativa que presta servicios de personal a Aguas Santafesinas (Assa) y que en el gobierno provincial sindican como perteneciente al dirigente gremial Oscar Barrionuevo. Apenas asumieron las nuevas autoridades de la empresa, pusieron sobre la lupa sobre un contrato anual de $1.500 millones que Assa tenía con la cooperativa. Rápidamente, le bajaron a ese monto unos $298 millones porque, entendían que no se justificaban. Y finalizado el contrato anual, la dirección de Aguas decidió no renovarle el contrato.
Ahora, en el gobierno provincial creen que la interrupción de ese negocio que tenía abrochado el gremio fue lo que disparó las violentas protestas del miércoles en Rosario, que incluyeron la vandalización de instalaciones. Y no solo eso: también sostienen que la violenta protesta se deben a que se tocaron dos cajas del gremio como la eliminación de 300 millones de aportes a sindicatos que la empresa no está obligada por norma a hacer y la eliminación de la "bolsa de trabajo" por la cual el sindicato definía quiénes ingresaban a la firma.
"Aguas tiene una alta tasa de servicios tercerizados que implican miles de millones de pesos de gasto del Tesoro provincial. Hemos puesto el ojo ahí desde el primer día, y hemos comenzado un cese de esos contratos en la medida en que van finalizando o con reformas a mitad de camino, que por supuesto es una discusión que está detrás de esta manifestación", sostuvo ayer en De 12 a 14 la presidenta de la firma, Anahí Rodríguez.
"Son empresas que prestaban servicios de medición, de mantenimiento de predios, en la vía pública, con compras directas, de personal de 50, 60, 70 personas, sin posibilidad de que tengamos otros oferentes, concursos de precios, licitaciones", resaltó. Y luego agregó: "Hay empresas que están vinculadas a familiares del secretario del gremio, una vinculada directamente al secretario. Y, precisamente, es la empresa con la que estamos terminando este contrato porque estamos en condiciones de prescindir de esos servicios".
Sobre los disturbios, este jueves el ministro de Obras Públicas de Santa Fe, Lisandro Enrico, salió a sostener políticamente a la conducción de Assa. "Cuando ingresamos al gobierno, encontramos una empresa deficitaria, desordenada, con pérdidas millonarias. Para tener una idea, sus ingresos solo cubrían el 20% de los costos, teniendo que aportar el resto el Tesoro provincial. Es por eso que se la empezó a ordenar fuerte, y eso implica dejar de pagar las horas extra que no se justifican y que no se trabajan, controlar que los vehículos oficiales no tengan usos particulares, por nombrar algunos puntos, y eso generó una reacción, pero no de los trabajadores -que son gente buena y que ayer trabajó pese a las protestas sindicales- sino de un grupo de patoteros".
Según denunció el alto funcionario en Radiópolis (Radio 2), "ayer hubo gente que usaron los equipos de protección que se ponen los trabajadores para ingresar a las cloacas, que los cubre todo y por eso no se los puede identificar, para robarse todas las llaves de los vehículos de la sede de Ocampo e Italia. No vamos tratar esa gente como un trabajador que reclama una cuestión laboral. Son hechos casi delictivos. No vamos a permitir que eso ocurra. La empresa tiene que mejorar su servicio", agregó.
Según aseguran en el directorio, las horas extras y el cuerpo laboral sobredimensionado no tienen razón de ser, ya que se explican solo por irregularidades impulsadas por el gremio. Fue así que detectaron casos de empleados que se tomaron 40 horas extras en un solo día.
Sobre horas extras, se redujeron 5.000 quedando a julio 7.900 al mes frente a las 11.700 que se pagaban en enero. Como prueba de la eficiencia lograda, Aguas tiene hoy la misma cantidad de horas extra que las que tenía hacia 2007, cuando no estaba la nueva planta de Baigorria y el sistema de acueductos.