El reciente anuncio del inicio del proceso de fusión entre los mercados Matba Rofex y MAE, que conformarán una plaza bursátil líder en la negociación de valores de contado y derivados, tuvo una muy buena acogida entre los operadores, tanto agencia de Bolsa (Alycs) como bancos por las ventajas de la integración.

Pero además expone que el camino de la integración bursátil en Argentina ya está trazado, sobre todo tratándose de un mercado de capitales chico como el nacional. Ahora, que el camino haya quedado definido no supone que recorrerlo para llegar a un único gran mercado (como es el  modelo brasileño) enfrente desafíos de todo tipo y de distintas intensidades.

Como ya se informó, la unión permitirá integrar el trade de derivados de divisas, renta fija, granos y otros commodities (que aporta Matba-Rofex) con la negociación spot de los subyacentes en lo que hace a divisas y bonos (que es lo que aporta el MAE).

La integración le cierra por todos lados a los usuarios, ya que reducen costos y tiempos y simplifica el negocio al poder operar, liquidar, compensar, establecer garantías y hacer back office en una misma plaza bursátil de productos que se complementan, más allá de alguna superposición de los contratos de dólar.

Y sobre todo aporta más liquidez, volumen y profundidad, que es el activo clave de cualquier mercado que quiera mantenerse activo. Que haya muchos compradores y muchos vendedores; de eso se trata.

La fusión beneficia sobre todo a los bancos -operadores tradicionales del MAE donde compran y venden dólares y bonos de contado- que desde hace tiempo venían siendo activos protagonistas de las operaciones de futuros (en divisas) en Matba-Rofex. Pero además facilita, desde lo operativo, para las Alycs el armado de negocios de arbitrajes entre productos de ambas plazas. Otra dato no menor: los agentes del MAE también se beneficiarán con las mejoras tecnológicas que tiene Matba-Rofex

Como empresas, ambos mercados ganan por varios costados. Por ejemplo, suman fuerza en las gestiones institucionales (desde diseños de normativa hasta la aprobación de nuevos contratos, como el futuro de CCL que presentó Matba-Rofex). Pero, sobre todo, les permite avanzar en la diversificación de negocios, indiscutida fortaleza de las organizaciones. 

Pese a la importancia del tema, no pasó desapercibido que en la prensa porteña no abundaron los análisis de las implicancias. Puede ser en parte porque ambas entidades bajaron la exposición por razones de acuerdos de confidencialidad, entonces estuvieron poco propensos a hablar a la prensa. 

Pero también aparece como una razón que el tema no haya pegado tanto en Buenos Aires (a diferencia de lo que ocurrió cuando se fusionaron Rofex y Matba) porque, en rigor, el MAE siempre se pareció más a una plataforma de negocios (para los bancos) que a una organización institucional. 

Rosario, la base

Formalmente, se creará una nueva sociedad “continuadora” de ambos mercados que se dividirá 50% y 50% entre ambos Mercados. La Bolsa de Comercio de Rosario, que es el accionista mayoritario del Matba-Rofex (30%) seguirá siendo el accionista mayoritario del nuevo mercado, con el 15% de las acciones. Y con la posibilidad de crecer hasta el 20%. 

El presidente de la nueva entidad lo definirá el MAE, mientras que el CEO será el actual CEO del Matba-Rofex, Diego Fernández, un muy bien reconocido y altamente destacado profesional cuya participación viene siendo clave en el diseño del mercado de capitales argentinos 

La base del nuevo mercado estará en Rosario. Y no hay regionalismo en esa definición, que ya pasó cuando se fusionaron el rosarino Rofex y el porteño Matba. Es que conviene fiscalmente. Tomar nota, entonces, en los gobiernos locales y provinciales la conveniencia de mantener impuestos y tasas más bajas que en Buenos Aires. Mantener la base en Rosario significa mantener activas las oficinas y el personal de la ciudad, dato no menor.

El camino es integrar

La integración de los mercados -habilitada por la tecnología que borra fronteras regionales- es el camino que siguen los mercados mundiales, tanto en distintos países de Europa (hacia adentro y entre ellos) como en Estados Unidos por todas las ventajas que, como se contó arriba, generan las fusiones para la eficiencia. Incluso, las interconexiones ya hace tiempo que se realizan entre Mercados de ambos lados del Atlántico.

Y también son moneda corriente en la región, con Brasil y su famoso B3, que nació de la unificación de BM&F (commodities), con Bovespa (valores) y luego con CETIP (provee servicios de depósito, registración e intercambio para la operatoria de valores negociables e instrumentos financieros en un mercado over-the-counter). Y hasta está el caso de la integración entre las Bolsas de Chile y Perú.

En Argentina, a su manera, también se avanza en esa línea. Y el viejo y rosarino Rofex (futuros y derivados financieros y agropecuarios) viene siendo el protagonista e impulsor de las fusiones, logrando primero la unificación con el porteño Mataba (futuros y derivados agropecuarios) y ahora con el MAE.

Tras esta fusión, el mercado argentino queda definido entre dos grandes mercados. Byma (títulos de valor spot, con acciones como estrellas) y el nuevo Matba-Rofex-MAE. El Byma, con base en Buenos Aires, sigue siendo el mercado más grande e importante, aunque con la fusión se achicaron las distancias (y bastante); lo que es todo un tema porque hay negocios en lo que compiten como la negociación secundaria de títulos públicos.

Todos miran al MAV

¿Y el Mercado Argentino de Valores? EL MAV, también con base en Rosario y heredero del viejo Mercado de Valores de Rosario (MervaRos), es el mercado de cotización de productos para financiamiento pyme (cheques, pagarés, ON, fideicomisos). Conceptualmente, es como un mercado junior del Byma, pero con varias particularidades: si bien el grueso del volumen se lo aportan los agentes que operan en Byma, el centro de gravitación sigue estando en los agentes de Bolsa tradicionales de Rosario. 

Desde el MAE/Matba-Rofex ya le avisaron al MAV que ellos no incursionarán en sus negocios, lo que al mismo tiempo que puede suponer un alivio en términos de competencia puede leerse como que las puertas para una futura integración están abiertas.

El caso es que ahora el MAV aparece en el radar de ambos bloques de cara a la gran final. ¿Quién llegará primero?

Detractores

Con un solo mercado todo sería más fácil para los operadores: una sola ventanilla para liquidar operaciones, eficiencia en garantías, neteos de saldos, unificas operatorias, plataformas, back offices, y se podrían potenciar muchos productos cruzados.

Pero que el camino de la integración hacia un único y gran mercado argentino pareciera estar trazado no quiere decir que no tenga detractores. Están los que temen que con un monopolio, los costos operativos pueden subir, ya que no habría competencia o que, por la misma razón, se podrían perder el impulso de buscar siempre mejoras (en productos y servicios) que hagan más eficientes las transacciones y potencien el mercado. 

Y atención que en el mercado de capitales argentino la tentación de cerrarse como un club de vez en cuando reaparece. No en vano, fue una ley nacional la que los obligó a desmutualizarse (no hay que ser accionista para operar) barriendo una de las principales trabas que tenía para crecer porque parecía que los actores se sentían más cómodos repartiéndose entre unos pocos un negocio chico, en vez de salir a competir, pero por negocios más grandes.

Hasta antes de la ley de reforma bursátil  (que puso a la Argentina en sintonía con las tendencias mundiales y que, vaya paradoja, fue sancionada durante el gobierno de Cristina), solo el Rofex se había desmutualizado por motus propio. Toda una definición de identidad del mercado rosarino.

Como sea, la arquitectura de ese único gran mercado sería clave, con posibilidades de operar diversas membresías por productos para que nadie quede afuera. Y es que la fusión de operadores también asoma, ya que la cantidad actual no guarda relación con la profundidad del negocio bursátil

De la macro a los egos

Pero además de los detractores, el camino también afronta desafíos. Uno de ellos es macroeconómico. 

Es que se puede mejorar todo lo que se quiera la arquitectura del mercado de capitales argentino, pero si la economía no se ordena, no se libera el flujo de ingreso y salidas de fondos con el exterior, y no se normaliza el sistema cambiario, todo esfuerzo puede ser en vano. En definitiva, por mucho que se trabaje sobre la arquitectura del mercado de capitales, el crecimiento depende de que se avance con su liberalización y normalización.

Y el otro factor, por el contrario, es bien micro, pero de alta injerencia. Hablamos de los egos, el vedetismo y los personalismos en esas altas esferas empresariales en la que a muchos les cuesta resignar espacios en pos de objetivos mayores, en algunos casos por negocios y en otro por ansias de figurar, pertenecer y el gusto de conducir. 

Esos factores, precisamente, hicieron caer el intento de la temprana fusión entre Rofex y MervaRos, que hubiese consolidado un único gran mercado local para luego ir a disputar negocios con los porteños.

Esos factores buscaron también hacer fracasar la fusión entre Rofex y Matba, con Byma comprando acciones de la entidad porteña para rechazar la fusión en la asamblea y bloquear así el crecimiento de los rosarinos. 

Encontrar las fórmulas para vencer esa barrera, de la mano de la apertura, el diálogo y la vocación de compartir para crecer, aparece -entonces- como el gran desafío de cara a la construcción de un gran y único mercado argentino.